Encriptado en capas de miedo un día desperté
Con la cabeza fría y mojada.
Sollozaban los ojos unidos a mí y la medula eléctrica vibraba mi masa casi gris.
La piel olía a gallina y el manto humeante del cigarrillo drogaba mi gris cerebro...
Pero a veces sentía mis huesos quebrarse
Al sonido quejumbroso que salía del más profundo
Dolor de mi alma alucinógena. Que se escondía en mi (el cerebro)
Todo venía hacia lo oscuro
Hacia lo gris
Pobre del grasiento, sangriento cerebro
Ya olía al guiso suculento de la noche
Hasta empezaban a salirle brazos
¿Acaso quería huir de su juicio?
Toda la carne estaba rostizada
Había un olor imposible de describir
Las lágrimas rojas y coaguladas
Ardían al averno flameante.
De pronto todo dejo de moverse
Las cuchillas fueron bajadas pero yo (el cerebro)
No había perdido el sentido del tacto
Seguía sintiendo el cuerpo doliente
Al ser sacado de la silla eléctrica
Y horrorizado gritaba en silencio al ver
Partir con un hacha abruptamente el pecho mió
Y cortándome en pedacitos el grito inútilmente
No salía...
Pero el dolor solo era comparable a ese dolor que
Siente el niño al nacer ahogándose en oxigeno
Contaminado. En ese averno y en todo el dolor que
Le tocara vivir hasta que encuentre la felicidad
Como yo al morir, como un experimento,
Como un cerdo atrapado en una jaula de antibióticos .
Pero ese cerebro casi gris aún respira y
Nos mata
Texto agregado el 18-04-2006, y leído por 207
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