Poesía de andar

Esperanza vas a paso de cantor
ruges por las noches
y en las mañanas
no oigo ni tu voz.

Verdes llanuras
alturas de trigos
atrévase a venir conmigo
a caminar por este camino.

Suelta tus negras trenzas
y regálate al sol
que la sombra es ajena
y me gusta tu candor.

Para mi es recorrer
para ti es conocer
los anchos senderos
van a converger.

Déjate llevar por el aire
abre tus brazos y
ríndete a esta clase.

No pienses, no hables,
respira y abre tu boca
que me incita y me provoca
que una fogata de amor te cante.

Se anda por el sendero
y a la orilla uno se quema,
no se pierda señorita
se me hace que usted es una gema.

Dolores y dolidos
se pierden en el camino
y se convierten en peregrinos
de la noche y de los vinos.

Pasear no es divertirse
conversar no es palabrear
es darse cuenta
que la vida es un resonar.

Resonar insólito y paradójico
preferibles son las risas
aborrecibles los quebrantos
se privilegian las armas
y se dejan de lado a tantos.

Tantos que viven y duermen
esperando algún milagro
una luz mortecina solamente
les ilumina su techo
clandestinamente.

Clandestinamente me visto
de otros lugares mucho disto
pero para sentir disco
hay que comer mariscos.

Mariscos imaginarios
a la orilla de la playa imaginaria
donde el mar imaginario
hace olas imaginarias
que parecen muy reales
aunque son muy doctrinarias
fuera de arbitrarias. (Agáchate Parra)

Sigue, sigue caminando
y vete lentamente
del principio alejando.

Ya cae la noche
ya nadie hace boche
resplandecen las luces
y sangran muchas cruces.

Días y noches eternas
cantando van los coyuyos
y yo todos los días
hago mío el corazón tuyo.

Palabras al viento
sonrisas al sol
es que al pensar en vos
diablos que me tiento.

Lunas de cobre
soles de plata
mis días de pena
tan pobre como una rata.

Caerte encima quisiera
y una flor en tu frente poner
para que estos lugares comenten
que sólo para ti existe mi mente.

Quiero tu voz,
te regalo mis días
mis noches, mi rumor
y si quieres un te sangro
hecho con mi voz.

Amor deseado
quiero estar junto a ti
atado y encadenado
a la locura de andar de tu figura
endemoniado.

Rojo es pasión,
azul del cielo,
negra es la envidia
de los que no tienen
un te quiero.

Dame la mano
sentirás
arder de calor,
fundir de pasión
y juntos caeremos
a una cama de ardor.

No me dejes solo
que siento que muero
y me desespero
por tan duro desencuentro.

Dame un beso
sabor de mar
y un abrazo
color miel
que yo sólo quiero pensar
en morirme de pasión
a tus pies.

Entregaremos la vida
solamente por amor.

Ven conmigo a ver
el sol mil veces nacer
el viento mil veces soplar
y para siempre tocar
tu cuerpo de torcaz.

Pídeme lo que quieras
y lo traeré
para ti no conozco imposibles,
excepto el que no te quiera
tanto, tanto como enjaulada fiera
a su libertad.