...Y entonces lo tomé y fumé. Una serpenteante bocanada bajó cautelosa hacia mis pulmones. No sentí nada, sólo un sabor amargo y hormigueante en mi paladar. Di otra fumada. Exhalé un humillo estéril que me rodeó con su intoxicante presencia, pero nada más. No era lo que yo esperaba, lo que me habían contado. Ninguna sensación de poder, ningún pensamiento brillante, ningún cambio de actitud. Nada.
Desistí. Lo arrojé al piso y lo apagué con un débil pisotón de mis choclos. Lancé a mi hermano mayor la mirada más acusadora que un niño de 9 años es capaz y dije: “¿Lo ves? No es el cigarro. Debe ser el martini o el smoking lo que lo ayudaron a derrotar al Satánico Dr. No y a Goldfinger”.
Texto agregado el 12-12-2003, y leído por 207
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Lectores Opinan
12-12-2003
Comparto tú opinion sobre el cigarrillo mis estrella para ti viyi
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