La calle hierve bajo los zapatos mojados
indiferentes y ajenos a tu dolor interno
sentado en el suelo frío de piedra
de una puerta cerrada a tu espalda encorvada
que protege tu corazón herido por algo
que sólo tú sabes lo que es.
Así te encuentro,
escondido tras tus ojos líquidos
con la mirada perdida,
insensible a los pasos que vocean
y tropiezan contigo.
Inerte y paralizado en tu dolor
no respondes a las alegrías que te rodean,
hasta que por fin te dejas rescatar
de ese profundo abismo en que has caído.
No hay preguntas, no hay respuestas
hasta que tú necesitas hablar
del amor que temes perder
y de tu lujo conquistado a través de él.
Lujo y amor, amor y lujo
te cuestionas sin saber qué responder.
Esa noche, todas las noches,
los amigos te arropamos para intentar comprender
las dudas que navegan por un río de aguas que se pierden
por los caminos de tu ser
Texto agregado el 18-04-2006, y leído por 126
visitantes. (2 votos)
Lectores Opinan
19-04-2006
tiene algo especial tus escritos mis 5******** GEHENA
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