Dama,
señora altiva de la noche
que apareces y desapareces a tu libre albedrío
protegida por el silencio de tu manto virginal
imposible de alcanzar.
Espejo fiel de destellos de tu astro amado
que roza tu cuerpo con respeto
resplandeciente de plata y oro revives
colgada del techo.
Puntual foco que mi alma espera
para escudriñarte con las pupilas sin recato
con el deseo de encontrar el reflejo
de los ojos de mi amor en la distancia
Texto agregado el 18-04-2006, y leído por 108
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Lectores Opinan
18-04-2006
muy lindo...me gusto la manera en que lo cuentas.
saludos! brizna
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