Mi querida pequeña:
Ya ha pasado un tiempo desde que compartimos nuestras vidas. Ha sido hermoso, tantas experiencias juntos, soy tan feliz. Nos complementamos y somos tan parecidos, casi ni peleamos y siempre sabermos lo que el otro piensa o siente, me siento tan agradecido con la vida por haberte conocido, eres mi alma gemela, mi media naranja. La otra noche cuando estaba contigo senti algo extraño... una sensación muy extraña y desconocida para mí... una felicidad tremenda! tanto así que empecé a llorar de la felicidad, agradezco tanto a la vida por haber nacido en este lugar y en esta época y que haya hecho cruzar nuestros caminos. Esa felicidad que sentí y las lágrimas que viste creo que es más que suficiente para que sepas cuánto te amo. Eres mi todo, mi universo, lo que me pidas yo te doy; si es una estrella yo la bajo, la luna sólo para tí será, de mi amor eterno eres dueña y mi alma junto a la tuya renacerá para siempre. Te amaré incluso después de la muerte y te cuidaré en cada uno de tus pasos y en tu caminar hasta que la vida nos reúna de nuevo siempre te voy a amar. Mi vida por fin tiene sentido, me siento querido y necesario en este mundo... gracias a tí. Te amo demasiado.
Lazaro