Hubo un atardecer,
El sol entregaba su más
Sarcástico resplandor,
Las nubes oscilaban temerosas
Ante un cielo azul y abismal,
En un segundo apareciste
Cegando con tu paso
Mis pobres ojos de mortal,
Tu fresca brisa
Alejó todos mis temores.
Acariciado por un fresco rumor
Tus ojos me arrebataron de las tinieblas,
Para luego rozarme
Con una suave indiferencia
Texto agregado el 18-04-2006, y leído por 124
visitantes. (1 voto)
Lectores Opinan
26-10-2010
Bello poema arrancado al alma, mientras las nubes y esa "suave indiferencia" se hacían mortal.
Mi saludo negrate
07-05-2006
Tu fresca brisa
Alejó todos mis temores....si, uno se siente invencible!!!al lado de la persona que amamos*****
monica-escritora-erotica
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