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Trabajaba de la manana a la noche inclinada en una maquina de coser manual, asi es que tenia que pedalear todo el santo dia. Desde que se levantaba en la manana, pedalea, pedalea, sin cesar. El unico ruido que se sentia era el traca-tratraca de la maquina de coser. Cuantos vestidos, chaquetas, pantalones, abrigos, manteles, delantales, sabanas fueron hechos en esa famosa maquina de coser? Es dificil calcular. Basta solo decir que proporcionaron comida, techo, vestuario y educacion para cuatro hijas que tenia durante los anos de la ninez. Y por eso tenia que pedalear y pedalear todo el santo dia. Por esos parajes la electricidad no habia llegado todavia asi es que cuando venia la tarde y la luz del dia ya no ayudaba, entonces encendia una vela que acercaba a la maquina para poder ver las costuras y poder terminar cada trabajo, porque cuando empezaba uno, el dinero ya estaba destinado.
-"Este es el vestido de Dona Onofra y con él pagaré el arriendo......" se decia mientras hacia las terminaciones que segun ella "eran las mas pesadas y largas".
Asi pasaron los dias, las semanas, los meses y los anos. Ella siempre ahi, sentada en la maquina haciendo estos famosos vestidos y pidiendole a Dios que quedaran bien a la primera prueba, porque si no, a deshacer todo y empezar de nuevo. Mientras cosia, obligaba a sus hijas a estudiar sentadas en la unica mesa que servia para cocinar, planchar, cortar los vestidos, estudiar, y leer. "En voz alta" les decia a las ninas. "Que yo te escuche lo que dices" y de esa manera podia controlar que los deberes de la escuela fueran hechos y corregir dentro de sus posibilidades sin tener que alejarse de la maquina de coser. En esos tiempos no se sentian lamentaciones de depresion, tristeza, o problemas personales. Habia que administrar una casa y ya esos eran problemas suficientes.
Pasaron los anos sin lamentos, sin quejas, como si todo fuera normal. No mando jamas a sus hijas a trabajar hasta que no terminaron sus estudios secundarios, lo cual significo que sus sacrificios duraron muchos, muchos anos. Hasta que al final, las semillas empezaron a dar sus frutos: la primera hija empezo a trabajar como enfermera en un hospital, lo cual fue un gran alivio, saber que se contaba con un salario fijo, que hasta ahora no habia existido en esa casa. La segunda fue a la universidad y regreso con un titulo en la mano. Otro respiro y finalmente la ultima hija vino a casa con un diploma en contabiliad. Llego el momento de jubilar la maquina de coser y la pedaleadora. Finalmente tenia una casa propia donde poder disponer de su tiempo y espacio, visto que hasta entonces, se habian mudado casi cada seis meses o cada un ano por no pagar el alquiler o atrasarse hasta el punto de desalojadas.
Se habian superado todos estos "impases" sin lamentelas, quejumbres o depresiones. Con perseverancia, construyendo dia a dia la solucion a los problemas. Viviendo cada instante en pleno. Resolviendo lo irresolvible. Qué mentora, qué ejemplo dio esta mujer simple, sencilla, humilde sin mayores pretensiones. Se llama simplemente Madre.

Texto agregado el 17-04-2006, y leído por 136 visitantes. (2 votos)


Lectores Opinan
30-05-2006 Cuantas historias hay asì de tesòn y coraje. Tu texto es bueno pero creo lo puedes trabajar un poco mas y hacerlo mas entretenido. Saludos. tigrilla
02-05-2006 Bellísimo texto por su forma y por su contenido. Mis felicitaciones. Voy a tu libro. *****estrellas Máximo islero
 
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