Allí donde el amor se vuelve placer,
Sentí por fin la gloria de desvanecer,
Donde tu pecho toma curva,
toqué por primer vez la locura,
La locura de tenerte y poseerte,
allí en el rincón donde vi tu repertorio,
Donde me mostraste la belleza de tu cuerpo,
donde juntos aprendimos a jugar,
cuando la pena y la locura se fraternan,
convertimos este juego en nuestro amar.
Allí donde el deseo se vuelve placer,
fije un punto al cual un día llegué,
Un punto complementario a los sexos,
donde el juego se pasa de abrazos y besos,
Donde para mí aprendimos a jugar,
Donde la práctica no nos hizo parar,
Un punto que cuenta historias promiscuas,
En el cual no hay sentimiento ajeno.
Donde somos uno en juego del deseo,
Donde el deseo se convierte en pecado,
y donde el pecado se cumple sí no estás a mi lado. |