Anoche sentí tenerte,
Sentí tocarte con mis deseos,
No pude imaginar el escenario,
pues tenerte ya no es mi rutina
Sentí que al marginar mi pensamiento,
Podía amarte más esa noche,
Pero el olor de tu ropa era otro, ese día,
No pude contener mis lagrimas,
Caían manchando tu piel,
No pude seguir el juego,
Morí en aquel instante,
Mis manos se tornaron en el asesino,
Que se ocultaba en tu figura,
No pude descubrirlo porque ya no hablabas,
Sentí pasión en ese momento,
Pensé que me querias más esa noche,
Pero llegue a comprender que era mentira,
No pude tener tu amor,
No pude sentir aquella pasión,
Porque aquella noche moriste,
Moriste en los brazos de la envidia,
De aquel deseo de desearte,
Aquel pensamiento morbo de tu físico,
De todo aquel pensamiento que un día surgió,
Y que murió esa noche contigo. |