Sentí no ser más,
que la mancha en el espejo.
La belleza de aquel rostro,
y yo opacaba su reflejo.
En las largas noches,
no era más que la negrura,
y desde lo oscuro miraba,
lo radiante de su hermosura.
No era más,
que el pequeño detalle,
que ella no ve.
Era lo insignificante,
comparado con lo grande,
ella lo era todo,
para lo que era nada,
y la nada solo tenía,
lo que de una mirada,
quedaba.
Imposible fue el acto,
de haberme aproximado,
y más aún de haberme enamorado,
son lo que nunca debio haberse encontrado,
y él se pregunta por qué?
Lo de ellos ha pasado. |