La abeja vendió cara su derrota
y antes de morir pidió tres deseos:
que su lanceta se le restaurase,
que en cada una de sus patas
se colocara una pizca de polen
y que el atacado por ella
la bendijera, luego de esto,
el tiempo dispondría de su cadáver.
Todo ello fue respetado
y cuando transcurrieron los días
la abeja se transformó en piedra,
la piedra más dulce que jamás
se haya conocido.
Hoy, cientos de abejas cruzan sus patas
ante la piedra de la que fue mártir
y depositan una gota de miel
como muestra de admiración,
alguien se adueña del milagro
y vende esa miel sin saber que
está vendiendo el fruto
de una tradición de abejas…
Texto agregado el 16-04-2006, y leído por 276
visitantes. (2 votos)
Lectores Opinan
19-04-2006
Qué precioso! realmente bonito Gui!. Besos y estrellas. Magda gmmagdalena
17-04-2006
¡Hermoso! aunque criptico... Felicitaciones y mis estrellas. Anua
16-04-2006
muy bueno***** elidaros
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