Es dificil precisar porque razón me he sentido entusiasmado con una muchacha frágil y delicada, una niña todavía, que sigue encantandome con su presencia y su muy buen sentido del humor. Aunque debo aclarar que ya no es una niña y que tampoco su forma de ser es de una mujercita frágil y delicada, sin embargo, como es la vida, ella me sigue encantando.., y de que manera. Lo primero que debo aclarar es que la conozco hace mas o menos unos siete años bien contados. Su nombre Alba o Albita como le digo yo. Albita resultó ser la hermana menor de una muchacha demasiado bonita y que reunía todos los parametros para ser considerada una verdadera reina, una verdadera mujer ideal. Su nombre es el de lady. Leydicita, como le digo yo, es de aquellas muchachas que inspiran el sentimiento de no estar en la tierra. Es un verdadero angel hecho mujer.

Laidicita se enamoró pérdidamente de mi mejor amigo, Eduardo, cuando ella vendía helados por el pueblo. Eduardo, como buen hijo del pueblo de Barrancas, tiene su apodo. Todo el mundo lo llama coco. Coco o coquito como lo llamo yo, es un muchachito lleno de vida y de un muy buen aspecto físico. Tiene fama de ser muy mujeriego y tuve muchas veces, a pesar mio, salir en defensa de él, pues le buscaban la pelea por haberse conquistado a esa reina vendedora de helados, ladycita, entre otras. Ellos dos formaban una pareja ideal; era como el extásis que produce tomarse una pony malta y comerse al mismo, al mismo tiempo, un chocoramo. Vaya mezcla tan ardiente. Laidicita, morena como el furor y coco, coquito, negro a morir como un azabache, la pareja ideal...