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Inicio / Cuenteros Locales / zeimarpunk / Expediente 860911, Caso: El cerebro que lo planeo todo.

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Corriendo por aquellos siglos enormes como elefantes fue como encontre a ese pequeño instinto que me ordenaba asesinar toda presencia humana en mi entorno, fue asi como mis padres, amigos, y hasta desconocidos sucumbieron ante ese desagradable mandato. Todo lo que quedaba de ellos eran sus suplicas que como garrotes me masajeaban la conciencia, me recordaban el mal causado y tambien que no habria vuelta atras, ah!! pero el hombre es sordo cuando su orgullo le revasa el cuerpo, no habia razon ni motivos por los cuales perdonarme.

A los pocos dias de la masacre fui entendiendo y recordando las palabras de cada uno, palabras filosas, palabras tristes, palabras piadosas... cada uno expresaba su dolor de maneras diferentes. Me regocijaba el verles sufrir... pero todo ello se derrumbo al ver que de mi felicidad por lapsos dejaba atras soledad por litros, era como sumergirme en un rio de tristesa y amargura, ahogandome en mi propia avaricia.


Luego de muchos años retorne a ese sitio, las miradas de aquellos antes llamados padres era tan profunda y confusa que las ganas de asesinarles en verdad empesaron a escalarme, primero la sombra, luego los pies, subiendo las piernas, atravezando el corazon y por ultimo la nube negra cubria mis pensamientos... pero mi padre con un abrazo retrocedio todos aquellos deseos, los pisoteo, desaparecieron sin darme cuenta.

Ese fue el argumento que use para escabullirme de la ley, el hijo prodigo, el malo se vuelve bueno, ja!! era tan barata esa historia, a decir verdad, a mi regreso de tantos años estudiando, quise de verdad cumplir mi sueño de destrozar mi entorno, de matar sin piedad a todos... un mundo hecho solo para quien lo mereciese. Empeze mi investigacion utilizando una de mis hipotesis, tenia una formula capaz de diluir a una persona hasta convertirla en un charco de carne solo me faltaba por asi decirlo "conejillos de indias" y quienes mejor que mis padres, mis amigos y cualquiera que estuviese alli ese dia. La policia jamas se explico como fuese posible que 6 personas simplemente se disolvieran.

La formula estaba casi terminada, pero existia un factor determinante que anulaba toda posibilidad, encontrar la forma de expandirla por el mundo, osea, nadie en su sano juicio se la inyectaria, el medio que vi con mejores expectativas era el aire, todo mundo respira, asi que todo mundo morira al respirarla. Y en esa busqueda conocia a la mujer que marcaria mi existencia, logicamente, tambien queria matarla, pero de una manera mas... digamos... sutil... suavemente... lentamente...

Ella trabajaba en una especie de fundacion para niños abandonados... era jefa de departamento... recuerdo a esos niños... en especial a una... su padre era un borracho que jamas le visito, esto habia causado una terrible depresion en aquella jovencita, y fue cuando decidi acabar con su dolor. Una variante de mi formula, un experimento, al hacer contacto con cualquier infectado por mi virus se activaria enseguida, en pocas palabras, le daria la oportunidad de vivir por un tiempo mas largo que al resto de niños. Le engañe diciendole que su padre vendria a visitarla, pobre ingenua, sin ningun reparo accedio a mi peticion de beber un poco de jugo, que obviamente era la formula, ella seria mi victima numero 7.

Al salir de la fundacion, atraveze la calle y me interne en un callejon donde me abordo un loco, sucio, recuerdo muy bien sus ropas, parecia un pirata, jaja, pero no era mas que un borracho desesperado, supongo yo, buscaba dinero para mas licor... se me acerco y empezo a golpearme, me golpeaba con furia, vi como la mandibula se asomaba a visitar la nariz, aquello casi me mata... fue cuando quise poner en juego mi ultima carta, le inyecte la formula, en cuanto lo vi supe que seria el octavo. Pero cuando perdia su fuerza logre verle el rostro claramente, ya lo habia visto antes, era el mismo vagabundo que merodeaba mi casa todos los dias... ese es el precio que pagaria por intentar detener el destino de la humanidad, con palabras asesinas le dije suavemente: "ahora solo queda esperar tu muerte, lenta, horrible y sobretodo asquerosa!". Si!! este era el dia mas grandioso en toda mi existencia, era la formula perfecta, era la vuelta final del apocalipsis, aquel hombre con su muerte expandiria el gas que condenaria al mundo!.

Me levante casi muerto unos 30 minutos despues, camine unos metros, y sin saber como, llegue denuevo a esa fundacion, en el suelo estaba envuelta en sangre la mujer que amaba, no dejaba de balbusear la palabra "pirata"... le ayude a levantarse, y le exiji que avisara a la policia de lo ocurrido.

Al cabo de un tiempo, una alerta por tv me alerto que la formula tenia exito, se avisaba a la poblacion que habia un gas muy peligroso que se estaba apoderando de la ciudad, mi orgullo llegaba hasta el cielo, me sente en mi casa y mientras mis vecinos corrian despavoridos al ver la nube verde, yo le espere, aspire con completa felicidad mi obra y me quede dormido.

Una raza alienigena explorando los archivos de la humanidad encontro esta especie de "diario" muchos siglos despues, y al igual que otro imbecil, mi nombre fue enmarcado para esa civilizacion, eso me dio la felicidad que nunca en vida encontre, mi sueño de acabar con la humanidad se habia cumplido...

Texto agregado el 15-04-2006, y leído por 159 visitantes. (0 votos)


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