Me lo dijeron tantas veces, “eres muy inteligente”, me lo repitieron familiares, amigos, profesores, sicólogos, ¿ de qué me sirve ser inteligente?, no puedo terminar el colegio, no termino ninguna actividad que emprendo, no soy capaz de conservar un solo amigo.
No entiendo que pasa, me siguen todos repitiendo como una letanía la misma frase, me abruman, me aturden.
¡Qué alivio! van bajando el tono, cada vez las escucho más lejos, “era tan inteligente”, otra palada de tierra sobre mi cuerpo y se va perdiendo, “era muy inteligente”
Era . Era.
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