Eran los últimos días de la salida definitiva de esa cárcel que fue, para Dario, el bachillerato completo, dado por los hemanos corazonistas españoles.
Dario siempre fue, un rebelde, un incomprendido, pero no lo pudieron botar de el colegio, pues pasaba los exámenes con muy buenas notas, y añadasale a esto, que su padre, cuando iba al colegio, siempre les regalaba a los hermanos, a las profesoras y profesores, agendas semanales y paragüas de todos los colores.
Ese último año, se programó la excursión para miami, pero, por la indisciplina y mala conducta, de todo el salón, la excursión terminó en un pueblito de tierra caliente a media hora de la ciudad donde estaba el colegio.
Dario era el que empezaba el relajo, pero tenía la costumbre de tirar la piedra y esconder la mano. Nunca lo pillaban haciendo pilatunas y siempre los profesores lo perdonaban por que según ellos, Darío era el único rebelde que sabía mamar gallo; además pesaba en su juicio, los paragüas y las agendas semanales que el padre de Dario les regalaba.
A los de último año, les tocó hacer la semana cultural del año, y claro, escojieron a Dario, un niño gordito, sano por todos los lados y quien, además prendía el relajo en el salón. Le tocó salir desnudo, delante de todos los del colegio, con unos pañales, haciendose como si fuera como un bebé, llorando y con un osito cariñosito dentro de sus brazos. Llegaba la mamá un gordote, con barbas, disfrazado de mamá, que calmaba el lloro del bebe hechandolé polvos mexsana. Todo el mundo no pudo contener la carcajada y los amigos de dario, le preguntaron que como se sentía;él les respondió, que nunca sería un actor y creyendo que todo estaba olvidado, se marchó a su hogar, un poco cansado por las aventuras de su colegio. Al otro día, todos los niñitos de la primaria, lo reconocieron y comenzaron a gritarle: Ahi va el bebé. es el bebé. Cuanto odió, después, dario todo eso. Nunca pudo olvidar el colegio de hermanos cristianos, de solo hombres y donde, como a don quijote, a más de uno, se les secó el cerebro por aprender. como dice una amiga, esa generación salió más preparada que un kumis...
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