Me toma una mano con desdén,
me beben con aflicción.
Siento la amargura de un aliento sobrehumano.
Labios rojizos dejan una gruesa huella en mi gollete
y caen sobre mi cuerpo tibias lágrimas oscuras.
Vislumbro ojos sombríos que se pierden al beber mi brebaje.
Nuevamente caen sobre mí un torrente de lágrimas.
De pronto, anónimas manos me arrojan una gran píldora.
Ésta se disuelve de a poco, cambiando levemente el sabor de mi pócima.
Los labios que me bebían hacía algún rato se acercan a mi gollete.
¡No me tragues que estoy maldito! – Grité para mis adentros.
No hubo respuesta. Posaron de pronto esos labios en mi cuerpo.
A medida que me desangro, logro percibir unos ojos idos.
No veo nítidamente, comienzo a ver borroso.
Las manos que retenían mi cuerpo caen bruscamente con su desválida figura.
Quedo solo entonces, sin ver nada.
Texto agregado el 14-04-2006, y leído por 98
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Lectores Opinan
01-05-2006
Muy bueno. Pero no deberia haberse llamado "Mi bebedor" mundoaparte
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