Jamas he oido de una pareja duradera entre un Portorro y una Chilena, solian comentar los vecinos cuando supieron de mi relacion con Robert, un Puertorriqueno que habia conocido en un club para solteros, en una pequena ciudad del Sur de la Florida.
La cosa es que no solo nos casamos, sino que al poco tiempo tuvimos un nino, Michael, que vino a aumentar nuestra familia. Robert tenia ya dos hijas de su primer matrimonio que vivian con nosotros. Nuestra familia sobrevivio a problemas familiares, economicos y de vivienda. Supimos superar muchos obstaculos. Todo debido al caracter de mi esposo Robert, que era la persona mas dulce que yo haya jamas encontrado. En realidad su dulzura lo acompanaria hasta la tumba. No importaba que problema tuvieramos, él mostraba siempre su gentileza y su lado positivo de la vida. Por otra parte yo viniendo de una familia muy especial, admiraba la moderacion de Robert. Su sobriedad asi como responsabilidad hacian de èl un hombre conciente el cual era otro punto a su favor.
Robert venia de Puerto Rico. Su madre, cartomantica, se lo llevo a Nueva York a la edad de tres anos y lo crio sola. Habia tambien otro hijo en la familia, John, el cual no regreso jamas de Vietnam, haciendo que la familia disminuyese asi tristemente. A la edad de trece anos, la madre mando nuevamente a Robert a Puerto Rico, porque el muchacho empezo a fumar. A la edad de diecisiete el joven se enlisto en la Armada Americana y fue enviado a Alemania donde sirvio por tres anos. Alli entre otras cosas, Robert aprendio la profesion de mecanico. Robert era una persona muy estable: en toda su vida tuvo solamente tres trabajos. Uno en Chicago donde trabajo por catorce anos. El segundo en Miami sirvio como mecanico para una compania privada por ocho anos y el ultimo, en el deposito principal de un famoso supermercado situado tambien en Miami. Era un trabajador persistente a pesar de la mala reputacion que tienen muchos connacionales. Robert era precisamente el que hace la diferencia. Honesto, buen padre, buen proveedor. Se hizo cargo de su familia durante toda su vida hasta que un buen dia el medico diagnostico cancer. Por ese motivo y por tanto amor, no dudé en permanecer a su lado dia y noche durante todo el periodo de este mal que avanza, te acecha, te espera a que te recuperes y te ataca con mas fuerzas. Hasta que te toca organos principales: pulmon, rinones, higado y se te transforma en una real entidad con nombre y apellido. Se llama cancer con metastasis. No hay remedio, no hay retroceso, no hay quimioterapia o radiacion que valga. Todo se hace imporsible. Vi a mi Robert desinflarse como un globo, poco a poco como cuando pierde el aire. Asi que era el momento de acompanar a este hombre que habia dado todo a su familia y a los suyos. No era dificil. Era doloroso. Hasta que un buen dia su vida se apago en mis brazos. Como nos habiamos conocido, abrazandonos. Hasta que sus brazos sin vida no pudieron contener mas los mios. Murmurando mientras pasaba el tunel: recuerdate que te amo. Las mismas palabras que yo repeti mientras lo ayudaba a pasar por el tunel: recuerdate que te amo. No mires hacia atras, sigue, sigue por el tunel. Sigue la luz, porque esa es la verdadera luz... y mi angel se fue. Ese es el angel que me ha acompanado siempre. Era mi esposo. |