Puedo vivir sin verte,
renunciar a ti sin causa alguna,
negar hasta el cansancio
que no hay sentimiento cuando
te veo, escucho, o me fundo
a tí a causa de mis ganas.

Puedo olvidarte unas fracciones
de segundo y decirte que nunca
pienso en ti, que vivo mi vida
igual que antes de conocerte,
intensa, divertida, pacifica y
libre.

Puedo no extrañarte cuando
estas lejos de casa, de tierra,
de mi o que se yo, negar que
te necesito aquí junto mí, en
mi cama o en mi vida., en mis
oraciones o mis ilusiones.

Puedo besar otros labios o compartir
mi vida junto a otra alma, hasta perder
la conciencia y fingir que puedo
guardar las apariencias porque no
te amo.

Puedo engañar a todos con mí
aire de mujer liberal sin la búsqueda
de seguridad y pertenencia, que no
necesita de nada ni de nadie, solo
vivir y volar entre las nubes de rocío.

Puedo culpar al destino por esa tarde
de decisión acertada cuando bese
por primera vez esos labios que me atan
a las palabras, al arte a la inspiración
de escribirte cuando más lejos estás de
esta tierra pero no de este corazón.

Puedo engañarme, engañar a todos
cuando ven mi rostro y murmuran
que tengo un amor perdido, incluso
fingir que es cierto,
pero lo que si no puedo hacer amor
mío, es engañarte a ti porque sabes
perfectamente que incluso cuando
beso otros labios a quien beso
es a tí.