A mi me invitaron a la fiesta de la boda de un conocido, que en ese entonces, era el hijo de un gran empresario. Casí no puedo ir, debido a que yo andaba de amores con una chica humilde, que era hija de campesinos calentanos.
La fiesta era un gran club privado y todo el mundo andaba estrenando pinta, tanto los caballeros, como las damas. Me tocó sentarme con un señor llamado luis, casi de la misma generación. Este, duró la mayor parte bailando con dos primas del que se casó y ya, a la hora de cenar, le conté lo de mi traga por esa muchacha humilde del campo. El muy cortesmente, me dijo que uno tenía que meterse con las personas de la misma clase social y que uno no podía dejarse llevar por el corazón, ni por el amor, pues era mejor tener una novia de privilegios. Todo asustado, comenzé a maquinar como le iba a terminar a mi novia pobre, cuando por casualidad, me encontré con las dos amiguitas de don luis, con las cuales, él había estado todo el tiempo en la fiesta. Les pregunte como se llamaban y lo que me derjó pasmado, fue cuando me dijeron que una de ellas, era la cocinera de un pinche de restaurante y la otra vendía limones en la plaza de paloquemao.
No me volví a encontrar a don luis, pero ese dia no le terminé a mi novia.