Era uno moreno con rulos, llego con el ex de mi hermana, y estubo todo el cumpleaños a punto de hablarme.

Yo andaba con ganas de echarme en la pieza, siempre me pasa cuando la casa esta llena de gente que pienso en encerrarme y hacer algo con las manos.

- Te gusta ese cuadro?
- Masomenos... lo pinte yo
- y no parai de mirarlo.
- No dejo de pensar en lo que cambiaria.

Se reia con los ojos chispeantes. Anduvo rebotando entre un rincon y otro de la casa, embriagado con los pasos que daba, con los gestos y la gente que se topaba.

Lo volvi a ver un dia en que vendian empanadas (no solo eso) y me hizo seguirlo por el sabor y la consistencia de la masa, detenidos en una cancha donde los presos alguna vez estuvieron ahí, formados.
Un poco más allá, mis amigas escolares, y un espectaculo de trapecio.

Las perdi luego y me fui con él a una fiesta perdida en una calle de valparaiso. Ahi me encontre profundamente con mi presente: ahora yo estaba conmigo misma, y con un sujeto desconocido, sonriendo, lleno de colores. El no sabia que yo he estado siempre llena de palabras.

Lo ultimo que supe de él es que guarda un e-mail en el que le conté un sueño que tuve, misteriosamente soñaba que no podia hablarle, que a el le dolia que no le hablara, siendo que estoy llena de discursos.