No lo sé con presición, pero hoy es un dia santo. Por esa razón, traté de congeniar, primero que todo, con los pastores y las pastoras de las emisoras evangélicas. Después de escuchar, muy atentamente, los sermones de turno, decidí cambiar de emisoras, varias veces, sin importarme mucho, el castigo que iba a recibir, por no creer en los santos predicadores. Eso de pensar que los que escuchamos no tenemos una buena y esmerada educación, que se puede decir cualquier bestialidad, apoyandosé en el santo púlpito y que más encima, no sé entender el idioma de los predicadores, cuando hablan en lenguas, me decidió, de forma definitiva, por lo menos, por hoy, no seguir escuchando a los santos cristianos de las emisoras. Así, que sin ningún motivo en especial, me pasé a la emisora católica. perplejo me quedé, pues estaban tratando de arremedar a los evangélicos, pues la moda no incomoda y poner un poco de salsa y cantar canciones de pop, es también seña de querer a Dios. Decidí seguir con la música pagana, pero tanta basura y contaminación que encontré en las emisoras de vallenatos, salsa, merengue, reggaeton y música para planchar, me dieron suficientes fuerzas para no seguir escuchando nada, pues la única emisora de música clásica, ya ni la coje el pequeño transistor que tengo. Así que me quedé sin música para escribir y por esta razón, es que he escrito este triste y largo solo, a una voz, sin más música, que la alarma de uno u otro carro, bajo la lluvia de abril...