La música sonaba en su sueño, eran palabras, sentimientos hechos melodía, sus piernas danzaban, su cuerpo de luz se estremecía al compás de las notas.
No quería despertar, se aferraba entre sueños a la paz, al ritmo de su corazón valiente, travieso y aventurero viajando por los rincones de la conciencia inconsciente de un amor hecho sueño, sueño en espera de ser realidad.
¿Dónde? Momento a momento cuando rozaban sus cuerpos sutiles, alegres, como río color cristal haciendo el amor junto a los rayos del gran sol.
La niña soñaba con su amado noche tras noche, inocente alegría sin problemas espaciales, de latitudes y geografía, era ternura, esperanza, fe y resurrección.
Vivía en sus sueños, danzaba, seducía las chispas de luz que felizmente la acompañaban en su mundo invisible de donde ella provenía, el mundo del amor.
Junto a ella su amado, bailando, cantando sin notas escritas, junto a soles, estrellas, planetas y sonrisas.
Se juraban amor eterno sin tocarse, no hacia falta, eran la misma chispa, eran diferentes, eran tan iguales, jugaban, reían, se amaban, no eran dueños de si mismos porque eran dueños de todo su amor, puro, limpio, infantil.
Un día la niña despertó, la música sonaba dentro de una habitación no en su corazón, ¡todo había sido un sueño!, se observo no brillaban sus ojos, estaban tristes, el aire le faltaba, miro por la ventana, ya no danzaban las hadas, por su mejilla rodaba algo frío, húmedo, era una lágrima,¿donde estaba?., no comprendía porque sentía tanto dolor, le faltaba luz, un pedazo de su alma se había extinguido, volteo a ver si reconocía el lugar, su conciencia le decía que si, era su casa, sin música ni alegría, cuatro paredes y adornos por aquí y por allá, busco ayuda y nadie le contestaba, ya no estaban los planetas ni las estrellas, no comprendía que pasaba, y grito! Asustándose y llenándose de miedo al escucharse, era la primera vez que conocía su voz, algo la hirió, era tal vez el miedo a sentirse sola en un mundo que no conocía y no comprendía.
Quiso dormir tal vez todo era un sueño, tan frío y tan hostil que la estaba aterrando, cerro sus ojos y nada pasaba, escuchaba el ruido de los carros, el movimiento de las hojas al desprenderse de los árboles, escuchaba que su corazón lloraba, que el cuchillo del miedo se clavaba cada vez más en sus entrañas, ¿Qué pasaba?, soltó sus brazos y sintió un pedazo de papel junto a ella, eran poemas escritos llenos de pasión con aires de dulzura, era todo lo que sentía en ese mundo donde ella vivía en paz con su amor, recordó una mirada, un toque de ella misma que brillaba cuando estaba cerca, y entonces recordó….. eran los ojos de su amor, los ojos de su hogar, ojos que hoy se encuentran tan lejos y tan cerca que es imposible tocar… volvió a su sueño y quiso morir, ¿era un suicidio o un asesinato? Era el dolor, la estaba matando porque en este sueño jamás volvería a bailar y a danzar sin problemas espaciales, de permanencia y propiedad, junto a su amor, junto a sus hadas, estrellas, soles y planetas, junto a los brazos de Dios.
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