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Inicio / Cuenteros Locales / islero / UNA FAMILIA DEL SIGLO XXII Y EL MUDO (cuento)

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I.-
- “Manuel, llego tarde al trabajo. Prepara a los niños para el colegio, búscalos al mediodía y arréglate con la comida”.
- “Sí, querida”
.

Marcela de forma rápida se retocó el maquillaje y volando salió para los Tribunales. Tenía varias audiencias. Como abogada de renombre, especialista en Derecho Laboral, su estudio a la tarde estaba siempre repleto.

Manuel era profesor taxi de Historia. Muchos colegios. Sus horarios habían sido cronometrados en relación a la atención de la familia. Una peculiar relojería.

***
Un castigado país. El hambre, la sed, la corrupción y la violencia se adueñaron de hombres y mujeres que, enloquecidos, corrían para sus escondrijos. Si podían, mientras tanto, rapiñaban algo antes de entrar a sus cuevas.

Los políticos, engolosinados en su oratoria, se miraban el ombligo mientras los intestinos, cargados, se acomodaban de forma lenta y sin ruidos.

Sin trabajo muchos profesionales emigraron y los que quedaron hacían changas, cualesquiera.
Quienes hacían su agosto eran los abogados. Muchos de ellos, como aves de carroña, rondaban sanatorios, casas de familias, empresitas y ofrecían el oro y el moro por la supuesta mala praxis, las injustas remuneraciones, y los derechos avasallados de enfermos y trabajadores. Llovían los juicios. Por cualquier motivo real o inventado.

Las familias se amuchaban como podían en un caos de funciones y roles. No había otra salida. Muchas se reunían para formar bandas de pillajes y secuestros. Casi siempre la cabecilla era una mujer.

***

Manuel, en la cama, le acarició el cabello a su mujer.
- “Perdona, querido, estoy cansada y me duele la cabeza. Tengo que levantarme dentro de un rato para preparar las pruebas de tres juicios...mañana hay que presentarlas”.
- “Siempre lo mismo, Marcela, no tenemos tiempo para nosotros, y menos para nuestros hijos”.
- “Si no te gusta ya sabes lo que tienes que hacer. Me arreglo sola”
.

La mujer se dio vuelta y enseguida se durmió. El marido se quedó pensativo largas horas mirando el techo.

A la mañana siguiente la discusión fue violenta mientras los niños dormían como angelitos.

- “Esto no va más, Marcela. Trabajas domo una bestia todo el día”.
- “¿Y qué quieres? Que espere tus sueldos de profesor....mantengo la casa...”
- “Cállate, por favor. Soy un boludo”.
- “¡Tú lo has dicho!”.
- “Mírate a ti misma, víbora”
.
La cachetada de la mujer salió limpia, directa al mentón.

***
- “Ultima noticia, última noticia” aullaban los diareros.
Una viejecita se detuvo ante un kiosco y compró el diario vespertino. Leyó: “un profesor de historia, llamado Marcelo, murió atropellado por un tren. La policía maneja varias hipótesis. No se descarta el crimen”.

- “Dios mío, mi yerno. Era previsible”. Y se derrumbó muerta frente al kiosco.

II.-

Sentado en una cafetería levanté la mirada para observar el televisor. El noticiero era animoso para fortalecer a cualquier estómago debilucho. “Ultimo secuestro”, “Dos familias se unen para constituir una banda”, “Descubren corrupción en la Justicia. Muchos políticos comprometidos”. “Extraña muerte de un profesor de historia”.

Me agarré la cabeza con las dos manos. ¡Mis amigos Marcela y Manuel!

Borracho de locura no sé cómo llegué a mis islas.

Allí estaba El Mudo, esperándome. Me dijo:
- “Despierta. Sácate la ropa y acuéstate. Siente tu cuerpo y el movimiento de la Madre de la Tierra”.

No sé si me habré quedado dormido. Tampoco tengo la noción del tiempo. Cuando abrí los ojos vi al Mudo, de pie. Me indicó:
- “Levántate y mira”.
Obediente me puse de pie, extendí los brazos y miré a mi alrededor.
Se oía un silencio sonoro pleno de armonías. Las islas dibujaban sus siluetas en el agua inmóvil. Los árboles hendían sus copas hacia abajo y al mismo tiempo miraban al cielo azul. Dos soles: en la Tierra y allá arriba.

Después de un tiempo, con el silencio por dentro, el Mudo habló:

- “Debes sembrar. El País está golpeado y enfermo. El canto, la poesía y las leyendas curan. La belleza que ves también está, pero oculta, en el Mundo de donde vienes. No seas atolondrado. No juzgues a Marcela ni a Manuel en un universo donde las familias están mutando. Peligros. Muchos peligros. Ya hay generaciones sin padres. Pero también… esperanzas. Escucha mis palabras. Si te sirven, cárgalas en tu alforja; de lo contrario, tíralas. Si las tomas,te sugiero que vuelvas enseguida a la ciudad. Pon tus brazos en Marcela y en sus hijos: une en silencio sin sermonear a nadie. Deja los sermones para quienes se creen propietarios de la verdad”.

Dicho esto desapareció. Respiré hondo y, cantando en el dolor, regresé a la Ciudad dispuesto a las obras sin palabras.




Texto agregado el 14-04-2006, y leído por 874 visitantes. (7 votos)


Lectores Opinan
28-04-2006 Un texto que deja mucho para reflexionar. Me encanta El Mudo, porque es como la conciencia o el despertar no sólo en el personaje principal sino en cada uno. Te dejo mis estrellas, me encantó. ***** fabiangs
21-04-2006 !Despierten!, !despierten! oidos dormidos y corazones entumecidos,el mudo a hablado. ***** chaja
20-04-2006 Un cuento impactante, no tanto por la muerte de Manuel que ya de por si se esta volviendo una dificil consecuencia de la situación en que se vive en latinoamerica, sino tambien porque describes con mucha calidad el mundo donde vivimos. En nuestras manos esta cambiar la realidad, no pensando sino actuando, en fin, lo felicito cada ves que lo leo recibo lecciones de sociologia que ya envidiarian varios de mis compañeros. Un abrazo. Aramis
17-04-2006 ... y el Mudo se ha hecho presente nuevamente, y nada menos que para proyectarse al momento futuro (o desde el presente) y desde allí su mirada al mundo y reflexiones. ******** Shou
16-04-2006 Excelente. Entretenida historia. El Mudo y sus consejos, siempre positivos. Felicitaciones y van mis 5* jorval
16-04-2006 El regreso del mudo es para celebrar, su participación es siempre impecable. Ninive
15-04-2006 Maravilloso dile al mudo cuando lo veas que tiene un gran admirador, que siempre lo necesitare sus consejos son de una sabiduria de vida enorme, ahora yo tambien los aprovechare "vivir" gracias mudo y maximo gracias no me explico como habla un mudo y le hace llegar sus palabraas aun un sordo. como yo jajaajaja gatelgto
14-04-2006 muy bueno ese regreso del mudo con sus acotaciones tan oportunas, me gustó el cuento***** india
 
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