Que sólo eres...

Andrómina es que tu cuerpo no roza entre susurros
y que tu aliento no domina el recodo
del viento entre los hilos de mi voz.
Que eres encanto, beso añejo con sabor perpetuo.

Que de tu ágata mirada no trenzas
las palabras auxiliadas en mi esencia
y la noche ciega no te resguarda desnuda.

Que eres todo; despojo de franqueza,
dueña de utopías de entre mi sangre.
Y que no fluyes en mi alma,
sino te desvistes en sonrisa,
bebiendo el sorbo tibio de mis manos.

Que recorres la geografía de mi piel
y te acercas entre sombras del pasado,
apaciguando la llaga ardiente de mi pecho.

Andrómina es que no eres entrega ni felicidad
acariciada entre imágenes,
que no eres realidad ni fantasía entre las bocas,
que sólo eres,
llovizna tenue de quimera,
saciando el soplo que mi alma silencia en tu respiro.