Bailarina de pesares inundados de agua-sal,
malabares de un lado a otro,
izquierda derecha,
arriba abajo,
líneas múltiples y una boca abierta.
La mía por tanto alucine en danza y tanta locura en cada baile.
Mujer de prendas rosas y lujuria exsacerbada,
me dejas el alma en pena cada vez que miras, cada vez que rìes.
Te estabilizas en la sensación de caer,
y vuelves al aire a besarlo y a tratar de abrazarlo.
Y lo logras, y lo confirmas con cada felicidad que sueltas para todos.
Bilarina de miradas verdes y a veces rojas, nunca permitas que de mi pista-alma deje de soportar tu baile.
Jamàs dejes que mi mirada deje de ser tu mùsica inspiradora.