Solo caminaba en la oscuridad, arrastrando tras de el todas sus penas y dolores, que no lo dejaban en paz, buscando todas las noches algo u alguien que le diga como hacer para olvidar todos sus problemas.
El día en que todo cambio fue una noche en la cual, las calles estaban vacías, los únicos ruidos que se escuchaban, eran los del viento golpeando en las hojas de los árboles, el cielo teñido de gris tapando una gran parte de la luna, al final de la calle, un hombre estaba parado, vestía de negro y tenia pelo largo y oscuro como el mismo cielo, la cabeza gacha y vestía la típica ropa que se usaba en 1930, al ir acercándose noto en esta persona una piel pálida pero a su vez parecía suave como la seda, uñas largas y afiladas como cuchillos, parecía una persona de unos 28 años, quizá 30 como máximo, se mantenía quieta en su lugar mientras el continuaba acercándose cada vez mas, hasta que a pocos metros, cuando esta persona levanto la vista, sus ojos eran verdes, pero no eran como los de cualquier persona, eran mas bien ojos de lobo, brillantes y que dan esa mirada justa. Decidió detenerse esperando que esta persona le diga algo, de pronto el viento dejo de soplar, la luna se podía distinguir entera, y un silencio lo rodeo durante unos largos minutos, se quedo paralizado, tratando de que ni se escuche el latido de su corazón, esta persona lo seguía mirando, si decir ni una palabra, manteniendo su mirada fija en el, su corazón empezó a latir rápida y fuertemente que a lo largo de la calle y con todo ese silencio se escuchaba un leve golpe. De pronto este individuo se acerco hasta el punto de tenerlo frente a frente, y con una vos grave le dijo, “estoy aquí para resolver tus penas y que tus dolores desaparezcan tan rápidamente, que no tendrás tiempo de acordarte de que alguna vez estuviste así”, el muchacho respondió a esto, “ quien eres y como sabes que es lo tengo”, “no importa quien soy y como se de tus cosas, lo que te diré que una vez yo estuve como tu y encontré la forma de que todo se me pasara, te prometo una vida eterna sin dolores ni penas que recordar, lo único que debes hacer es seguirme y confiar en mi”, el no sabia que hacer después de tanto tiempo buscando alguien que lo ayude se presentaba, pero era difícil tomar esta decisión irse con una persona la cual el no conocía, pero parecía que lo conocía al decirle que era lo que tenia, después de un rato decidió aceptar su oferta y acompañarlo, este hombre escucho su respuesta y le pidió que lo acompañara en una caminata, caminaron un tiempo largo, ambos en silencio, cuando de la nada, el le dijo “ sin que lo sepas me estuviste buscando, cada noche que salías a caminar, en cada lugar que estuviste, esperabas encontrarme para que todos tus problemas se terminen de una vez, y es lo que yo haré, terminare con todo, pero antes te explicare una cosa, todo dolor, empieza con otro dolor, el cual será tu muerte”, el muchacho al escuchar sus palabras decidió irse, empezar a correr, miraba hacia atrás y veía como se alejaba de este ser extraño, pero al doblar la esquina, lo ve parado frente a el, no pensó en mas nada, solo se quedo ahí parado, “ no corras ya decidiste aceptar mi propuesta en el momento que decidiste acompañarme en esa larga caminata, no puedes volver atrás, la decisión ya la tomaste”, y antes que el muchacho pueda llegar a decir algo, el lo tomo de la cabeza y empezó a ver pasar todas sus penas y dolores frente de el, la muerte de su familia, la perdida de su hijo, los actos erróneos que había cometido en toda su vida, las personas a las cuales el había matado, por la muerte de su familia. Gritaba, pero parecía que el mundo había desaparecido, todo en silencio, nadie lo escuchaba. Llegado un momento cae al suelo, se da un duro golpe en la cabeza y todo se pone negro, la persona la cual lo había tomado, se agacha y le levemente susurra “ya eres mío, tendrás todo lo que quieras, pero no olvides que servirás para mi”.
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