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La suave lluvia rozó su rostro,
el que antes fue bañado por el rocío de lágrimas y recuerdos;
y en sus mejillas corrían frágiles ríos de llanto de cielo y tristezas humanas.
Conocía lo negado e ignoraba lo permitido.
Deslizábase por el umbral de la libertad y la insensatez.
En sus ojos se reflejaba lo aborrecido del mundo.
Residía en su alma la androminosa Razón y la asfixiante Realidad.
¡Enajenadamente reías, mente enajenada!
¡Es la imponente verdad de la naturaleza humana!
Mientras la lluvia persistía, él seguía viendo el dorso de la nada,
porque su mirada trascendía a la del águila que va por los cielos cantando y bailando;
y esa cara llena de tristeza y verdad, seguía poniendo el velo para ocultarlo.
Me dije:
"Ésa no es su cara la que contemplo,
porque él no ha salido ni vendrá a mi encuentro".
Entre efluvios del alma y solutos corpóreos;
entre aroma de invierno y luz de ignotos lugares.
El halo de algo parecido consigo mismo, por su cuerpo salía formando paisajes;
y ni los fríos óleos podrían retratar más virtud y arte.
Yacía lo pasado sobre el verde presente.
Lloraba lo azul teñido de penas.
Lo que algún día fue instante y con los colores de una existencia,
ahora es inerte, pálido y reflejo de la condenada mortalidad.
Sus manos ya no tiemblan ante la llegada de un nuevo invierno.
Su paso fue breve y sus tristezas duraderas;
su ígneo anhelo de imprecisas voluntades que no fueron eternas,
se las lleva consigo donde los ojos no miran.
Ahora por lo contemplado ya no siente hastío.
Inmanencias retuvo del mundo invertido.
Allí, donde se extravía la conciencia,
como naufragando en el océano de estrellas,
sólo quiso encarar lo negado para dejar su alma abierta,
y que ella conociera los temores y lo oculto del hombre.
!He aquí la ambrosía de un morboso espíritu!
Ahora miro lo que un día tuvo nombre,
en un mundo reducido a razones y palabras.
La energía que alguna vez lo hacía brillar y lo movía,
abandonó su cuerpo cuando puso en su boca
aquello que grita nombrando la muerte. |
Texto agregado el 10-04-2006, y leído por 142
visitantes. (2 votos)
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Lectores Opinan |
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22-10-2012 |
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Recuerdo el misterio de la palabra investidura, toda esa externaliadad, eso con lo cual inevitablemente nos re-vestimos, al igual que un árbol que no puede vivir sin su corteza, títulos, ropas, modos, costumbres, como eso lo abarcaba todo, así llegamos ante los ojos de nuestros próximos, pero cuando los ojos que te han visto se han deslumbrado por el porte y el corte de su luz, la esencia se vislumbra, se reconoce.
Gracias y felicitaciones nuevamente.
juanloma |
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20-05-2006 |
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Esta muy bonito, aunque no entiendo el título, por que creo que no viene al caso... pero en fin BYE EuniceBello |
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10-04-2006 |
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Como un dia nublado... Es melancolico y fuerte... daggaz |
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