XII
“Que estúpido!!!” pensó, “me metí solo en esto... yo le dejé la pelota picando... habrá entendido bien?... se enojará?...” alargó la mano y arrancó una hoja de un árbol... se puso a jugar con ella entre los dedos... quería ganar tiempo... decidirse... había estado buscando toda la noche ese momento y ahora... ahora temblaba... el miedo lo iba dominando... ya lo había paralizado, mentalmente paralizado... por eso miraba la hoja y no a ella... “me está toreando, pensó, otra vez me está toreando para después frenarme de golpe... y hacerme sentir un idiota de nuevo... si, eso está buscando, sabe que es mucho mas madura que yo y me lo está diciendo... no me va a decir que soy un chiquilín... me lo va a hacer sentir... como en el cerro, como esta noche con los animales enjaulados...”
Sentía miedo, ese miedo que ella siempre ponía en él... por un instante pensó en decirle que había entendido mal, que el se estaba refiriendo a otra cosa... no se...algo inventaría... podía repreguntarle y ganar tiempo... pero no... decidió que era mejor hablarle...enfrentarla... mostrarle que entre aquel pibe del cerro y este que hoy estaba con ella había pasado mucho tiempo... que ahora era maduro en serio... había crecido en Rosario.... era otro... decidido... seguro... eso... se tenía que mostrar seguro... si podía getonear en la Universidad, delante de todos, en las asambleas... como no iba a poder hacerlo con ella, pero como en las Asambleas tenía que empezar con algo que no esperara... que nadie esperara... tenía que llamar su atención y que se quedara callada... muda... para que él pudiera sentirse seguro...
Sentirse seguro... y el miedo? estaba temblando....
“Tomá, le dijo poniendo a su alcance la hoja con la que estaba jugando... te la regalo... guardala en algún lugar... que se yo...en tu diario o tirala... hacé lo que quieras...vos vas a saber lo que tenés que hacer... yo siempre voy a saber que hoy te regalé una hoja... nada una pavada... algo sin importancia... si solo ves la hoja... pero si ves bien la hoja te vas a dar cuenta que tiene la forma de un corazón... bueno... no exactamente... pero si pones voluntad es un corazón... eso quiero decir... que vos tenés mi corazón... desde el 66.... desde el cerro... que nunca me atrevía decírtelo...que hoy mismo quise decírtelo mil veces... que por eso le dije a Raúl que te invitara... para poder decírtelo... que por eso me enojé cuando me dijiste lo de los animales en libertad y decidí dejarlos... porque no me diste la oportunidad...”
“Shhhh!!!! no me digas nada... no hables... no habrás la boca para nada... deja que te diga todo primero, me cuesta mucho decírtelo... pero quiero decírtelo... si hablas... si decís algo te voy a dar un beso para que te calles... si.. en la boca... no pongas esos ojos... te lo voy a dar...total no me va a costar mas que esto...”
“Me gustas desde el cerro, te lo dije... siempre me gustaste y siempre te tuve miedo... eras... sos tan seria... me daba miedo... antes, ahora no... bueno... ahora no tanto.... pero si te vas a enojar, enojate... yo no puedo ni quiero ser solo tu amigo... no me interesa... quiero algo mas con vos... algo distinto... no estoy diciendo de llegar a hacer lo que hacen todas las parejas acá... que viven juntos... no digo eso... pero si quiero creer que podemos estar juntos (mierda, pensó... no hay mucha diferencia así como lo dije) lo que te quiero decir es que si de alguna manera pienso en el amor.... pienso en vos... siempre pensé en vos... desde el cerro... en la galería... siempre... que te guste o no te guste es otra cosa... vos sos muy seria y podes pensar mal...yo no pienso mal... no como vos pensás.... yo solo te quiero... ves... eso... te quiero...”
Transpiraba... ahora si que transpiraba... ya no temblaba... pero no tenía mas palabras... le agarró la mano y le puso la hoja...
“Tomá, es tuya... ahora se que te la regalé... y porque te la regalé... vos también... hacé con ella lo que quieras...”
La miró fijo, serio, como solía mirarla en la galería, como la miraba siempre en realidad, pero se esforzó para que sus ojos llevaran todo lo que sentía, todo lo que pensaba, lo estaba gritando con los ojos...
Estaban parados... pero no sabía en que lugar exactamente... estaba perdido... mentalmente perdido... hubo un silencio que le pareció interminable... esperaba una respuesta y no llegaba... le soltó la mano... la hubiera abrazado... apretado... pero pensó que era demasiado...
“Vamos?” le dijo... e hizo un gesto como de reiniciar la caminata...
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