II
Llegaron juntos hasta cerca de la Terminal de Ómnibus... los cuatro...
Allí él sentía deseos de irse... ni siquiera la conversación posterior a la función de circo le había permitido romper la dureza y el hielo con que se trababan sin saber bien porque.
De una manera brusca dijo que se iba, los saludo a todos y comenzó a caminar hacia su pensión, estaba como a veinte, veinticinco cuadras de ella y la noche estaba linda para caminar.
Quería alejarse de ellos sin saber bien porque, aunque estaba seguro que tenía que ver con la charla que había tenido con ella y con lo que había sucedido esa noche, por eso alargaba los pasos más que de costumbre poniendo distancias.
Pero no había logrado avanzas mas que unos cuantos metros cuando sintió la vos de ella a sus espaldas: "Esperá que yo voy con vos, chau chicos"
Se dio vuelta sorprendido y la vio venir hacia él, sonreía, y el cabello negro se agitaba contra las luces de la calle.
Sin decir ni una sola palabra se puso a caminar a su lado, él se detuvo un momento para dejarla pasar y que se colocara del lado de la pared y continuó a su lado junto al cordón.-
La sentía a su lado, podía oír sus pasos y su cabello agitándose, de vez en cuando la miraba de costado, veía sus ojos, su boca, pero durante un buen rato no le hablo... se limitaba a caminar a su lado.-.
Quería hablarle, sentía deseos de hacerlo, mas viéndola allí, a su lado, caminando por esas calles tranquilas, pero no sabía como hacerlo, no sabía que decirle sin temor a volver a caer en esa situación de ridículo en que se sentía cada vez que hablaba con ella.
No supo cuanto tiempo anduvieron así, tal vez unas pocas cuadras, pero se le hicieron eternas, interminables, junto a ella siempre sentía esa sensación de no estar haciendo las cosas bien, de que algo estaba saliendo mal... aunque no hiciera nada, como ahora, solo caminar a su lado mirándola de vez en cuando.-
Pero por lo menos una pregunta debía hacerle, correspondía, alguna explicación tenía que haber para que estuvieran caminando junto, pero tampoco encontraba como hacerla, como preguntarle porque estaba allí, a su lado, sin quedar mal.
“¿No me vas a preguntar porque quise venirme con vos?“ finalmente dijo ella.
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