Recuerdo la sencilla habitacion en un segundo piso, algun monton de libros y hojas en un rincon del suelo, una cruz con Cristo clavada sobre la pared, una ventana por la que entraba escasa luz.
Recuerdo a este joven... que antes de hacer el amor, se sacaba casi ritualmente, la fina cadena de oro que le colgaba al cuello, probablemente de la que pendia una cruz o una imagen religiosa, y la dejaba colgada en uno de los pilares del respaldo de la cama.
Luego... al terminar de reposar con su amiga, se la volvia a poner como restaurando su equilibrio espiritual, que tal vez sentia haber perdido durante el acto amoroso.
Recuerdo que un dia, despues de haber estado junto a su amiga, olvido colocarse su cadena y salio de la casa. Unas cuadras ya habian caminado cuando se palpo el cuello preocupado, notando la ausencia de su amuleto. Miro a su amiga enojado, como culpandola a ella de este descuido, se despidio torpemente, y dandose media vuelta se devolvio a su refugio, dejandola sola.
En ese minuto, ella termino de comprender que nunca lo tendria.
Susana Dual
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