En estos momentos en que la lluvia de noticias caen sobre este pedazo de tierra y se ve por los periódicos, la televisión, las voces vecinas, los pensamientos internos, de quién podrá gobernar este pedazo de tierra; quién será el hombre o mujer que tenga la mirada clara, la voz firme y correcta, para que pueda llevar a este pedazo de tierra y a todos los seres vivientes que habitamos en él, hacia aquello tan anhelado, escondido, en los corazones, llamado felicidad... Pero, después de ver tanto, de vivir en este pedazo de tierra tanto, te das cuenta que un hombre o mujer no tiene aquel don, que sólo lo tuvieron unos cuantos a lo largo de toda la existencia humana sobre este pedazo de tierra...
¿Habrá alguien que sepa escuchar los sonidos de la verdad? ¿El canto firme del creador dentro de su ser? ¿Serán los seres que viven asilados en un convento? ¿Podrá haber un hombre o mujer digno de aquella comunión?... No tengo respuesta, tengo fe, mucha fe, pues eso me hace ser humano, eso me diferencia de todo lo malo de este pedazo de tierra.
Quisiera que el creador me use, que me dijera que hacer, que buscar... pero, no lo escucho, tan solo resuenan las voces de seres buscantes, puertas cerradas con un hueco para ver un pedazo de toda la verdad, nada mas... Quisiera, pero, es allí cuando mi ser interior se le encrespan los pelos y me dice qué es lo he hecho yo para tamaña dirección, es allí que me siento como un gusano, un Pedro, un Judas, mil personas, todas los seres humanos con los ojos secos, el corazón partido al no poder ser digno de tamaña dignidad...
He visto tanto por la televisión. Uno ve las cosas que suceden a través del cine, y se da cuenta que la miseria se vende, se presta para el deleite de la gente que gusta mirar como si no fuera parte de ellos mismos. Es así, para mí...
La felicidad, la felicidad, felicidad, felicidad, fe-li-ci-dad, FELICIDAD, algo tan buscado y que según los mas grandes seres humanos como Jesús, Moisés, Sócrates, Mahoma, Confucio, Krishna, se halla dentro de cada uno de los seres humanos... Allí está la respuesta, pero, (siempre pero-s para el perro) ¿Cómo llegar adentro de uno mismo? ¿Habrá alguien que sea guía, maestro, de este lugar, de este Shangrila?, y si lo hay, ¿por qué no lo dice? ¿Será que es para unos cuantos? ¿Será que el viento lo grita, la noche lo firma, el sol la aclara, las aves lo bailan? ¿Y si es así, por qué mi corazón no lo escucha? ¿Por qué no voy en su busca?...
Abro los libros sagrados y me emborracho de sus encantos hasta que este pedazo de tierra me despierta con su tufo real, con sus ruidos mecánicos... ¡Dentro de uno mismo! ¿Podré cerrar los ojos y navegar en esa oscuridad? ¿Trascender mis carnes, dolores, deseos, sueños, angustias? ¿Podré arañar con este que escribe aquello que se llama felicidad?... Porque sé bien que eso es lo que más quiero. No es cierto que una mujer sea eso para mí, puedes ver a tu entorno y verás rostros de parejas marchando como esos ganados rumbo hacia un formato llamado felicidad que es una casa hermosa, una cuenta gruesa, viajes, dinero, salud, etc... pero, cuando llega la noche y cierras los ojos y te miras con tu pareja, y haces el amor como chanchos, y ya agotado sientes que no deseas mas... cierras los ojos y un abejita se pasea por tu mente hasta despertarte y te dice: ¿y ahora qué?. Volteas y ves a tu pareja con los cabellos desgreñados, los ojos con legaña, su aliento a chancho... Cierras los ojos y sientes que caes en un vacío que debes de llenar y sales a la calle dispuesta a trabajar, en busca de la felicidad, de volver a sentir eso que con tanto esfuerzo has conseguido, pero, que sabes es tan frágil que tan solo un abejita irreal te puede romper esa pompa de jabón...
Al igual a muchos, mañana votaré en blanco, así como mi pensamiento, buscando algo mas que uno de eso hombre que gritan, empapelan, prometen un país mas libre, menos pobre, con mas trabajo... pero ni uno de ellos promete la felicidad, y si es así, no deseo escucharlos, pues solo eso es el propósito de la vida de esta existencia que sale de una niebla y se va a otra niebla, como lo dice Amos Oz...
La felicidad existe, encuéntrate a ti mismo y sé feliz con aquel encuentro que te llevará a un estado de contento, de alegría sin dependencia, de paz sin medida... Eso, no lo digo yo, lo dicen los grandes, aquellos que han bebido de aquellas aguas y que por eso se hicieron seres humanos, de verdad... Un ejemplo que hay que buscar tal como lo dice Prem Rawat, aquel maestro que sigo desde hace mas de treinta años, y, que no sé por qué no puedo escucharle, es decir no soy consecuente con sus palabras...
Hoy es un día nuevo, una oportunidad nueva... Buscaré la felicidad dentro de mí, y, si la hallo, les diré... Un abrazo de paz, de amor, de una palabra que no sé escribir pero que quiere salir de mí como esos palestinos que van a inmolarse en el centro de Tel Aviv.
San isidro, abril del 2006
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