Deseo reposarme en tu lecho de flores,
sentir el aroma de los jasmines, aquellos
que ocultaste en tus frondosos jardines.
Deseo saborear los lirios y resplandecerme
con los colores de los claveles teñidos
por el rocío que he llorado por este triste amorío.
Quisiera dormir en tu nido, bañarme en tus besos
sedosos e inundarme en las acaricias de tus fantasías.
Quisiera envolverme en tus tibios brazos,
naufragar en tu risa, aquella elocuente canción
de alabanza y cantarla con la voz de mi alma.
Quisiera llenarme de tu dicha y enloquecerme
con el caliz de tu esencia; que seas mis noches
y mis días, mi deseo y mis sueños, mi todo, mi nada.
Quisiera respirar el aliento sediento de tus pupilas,
convertirme en tu bosque, no para que te pierdas
en los senderos de mi pasado, sino para que encuentres aquel camino que te llevará a los portales de mi corazon.