Su emblema significaba la muerte,
simplemente la calma no salvaba,
¿quien podía ser ese energúmeno
Que su tumba les cavaba?,
Frío viento traía encima
Y su manto hasta la hiedra helaba,
¿Para que lord del infierno
su putrefacta estampa actuaba?,
no atacaba los poblados
sin en cambio los mataba,
no cernía hoz de oro
aunque su rostro sí ocultaba.

Desde la cima de los montes
Bajaba su caballo potente,
Pasando cual mensajero
Que pregonaba la muerte,
A su paso se llevaba
Cualquier alma insolente,
Que a su caballo mirara
Con ojos hirientes,

Pero un día lejano
De noche oscura,
A su frente se detuvo un hombre
Con noble postura,
Y de sus labios poderosos
Hizo sonar su tosura,
“¿Quien te atreves a pasar
Llevando la locura?”
“¿Acaso no me temes?”
Contesto el alma dura
“¿Acaso no te sientes
Doblegado a la insanura?”

“Soy el angel de la muerte
Y este pueblo esta a mi paso,
No es problema mio
Que los enmudezca mi laso”,
“Deja de hablar hijo de la malicia,
ahora, yo hago este trazo,
si lo cruzas noblemente
y sin lanzar tu sablazo,
veras que contra mi
no se topara tu paso”.


Diciendo esto
Puso su espada en el suelo,
Trazo una raya
Con un acto sincero
“Pero si tu caminar
lleva el odio de compañero,
y si tu paso
deja en vidas agujeros,
te juro por mi espada
que serás el primero
de muchos otros
que pudriré en el infierno”.

El jinete con andar robusto
Espoleo a su caballo negruzco,
Cruzo la barrera,
Y en gesto brusco
Al hombre le dio presa,
Fue tal el embrujo
De esa raya primera,
Que sin corcel el maldito
Cayo a tierra

El entrechocar de espadas
En la tierra abrió brecha,
Destrozando a su paso
parte de la aldea,
que clamor de almas
se escuchaba entre la lucha,
mientras el negro caballo
observaba aquella justa.

La sangre salpicaba
Las ropas del valeroso hombre,
Se notaba en su cabeza
Su linaje noble,
¿Como resistir los embustes de la muerte?
¿cómo ignorar que tu sangre se pierde?

Un mandoble fatal
cegó el alma descarriada,
aunque de la sangre del valiente
ya casi nada quedaba,
está historia nos demuestra
que en justa lucha armada,
la muerte será vencida,
pero jamas pasada,
nadie recuerda el nombre del valiente,
y tampoco del caballo,
la muerte perdió un ángel
mas no otro lacayo,
que importa que se haya sacrificado un alma inocente,
total de eso
no se acordara la gente.