Cientos de siglos han pasado
Desde que vi tu cara, cual Luna deslumbrante
Tu rostro pálido y brillante
Tus labios color rojo sangrante
Te invite a jugar con mis runas
Y me leíste el futuro en la arena
Quise acariciarte con mi aliento
Pero no logre hacerte sonreír
Tus manos heladas, dedos largos, piel transparente
tocaron mi cálida espalda
Caminamos por el bosque, entre pinos y ríos de colores
Hasta llegar a un estanque
Te sentaste y me contaste tu historia de azúcar y sal
Y tu cara de Luna se volvió menguante
Tu mirada penetro mi alma
Quise abrazarte y me besaste
Me besaste hasta sangrarnos los labios
Quise decir te amo y con tus manos me callaste
al instante para decirme que hace un año falleciste
Que arrojaste tu cuerpo en aquel estanque
Y ahora fue mi Luna la que se volvió menguante
Palidecí al instante
Mi cuerpo tibio comenzó a congelarse y tu te esfumaste
Desde entonces cada noche de Luna menguante
Me siento en ese estanque, sobre una flor de loto gigante
No he logrado verte ni una noche
Pero cada que la niebla nubla mis ojos
Siento tu mano en mi espalda y en mi cuello tu labios rojos.