Soñemos después despertemos.

Que importa lo que digan,
Que mas da que revuelquen mi nombre.
En noches de obscuros velos,
De fantasmas ladrando en el pasado.

Atormentados ahí han quedado.
Todos aquellos velos de maldad,
De sueños escapados.
Hoy tiendo en mis mantos,
De seda aterciopelada
Esperando tu arribo,
El cual fue anunciado.
Tus deseos ya no están descobijados,
Tu arribo fue proclamado.
Esperando tu cuerpo mis mantos de seda
Tu cuerpo recibirá para no ser maltratado,
Deseo ser yo quien deje huella en tu espalda
Como un corcel desbocado,
Hoy espero mis manos colmar,
De caricias plenas,
De caricias fugaces,
En tus pieles de terciopelo algodonado.

Que importa lo que digan,
Que mas da que no pueda descansar
A tu lado los diezmados días de insomnio,
Ya olvidados,
Hoy ,…
En tus plantas rebusco el deseo casi olvidado,
Hoy,…
Mis manos deseo escurrir por tus cabellos,
Por tus pieles que asemejan un océano,
Tu talle esculpido con suave maestría,
La cual nadie ha labrado.

Que importa que seamos ajenos,
Que mas da la entrega,
Si ya todo lo hemos dado,
Pues yo lo estoy deseando,
En fragmentos mi alma se agota,
Y contigo retoma el aliento
De algo ya disfrutado,
Océano de tempestades,
Contigo mi sed se agota,
Dejando de ser precaria
Pues contigo se colma de alientos de mares,
Que dejaste,…
En pasados momentos de desalientos ya casi olvidados.

Que importa que mas da si,…
Tu y yo somos ajenos, si,…
Tu y yo logramos vivir en espaciados momentos, si,…
Tu y yo logramos juntos llegar sin tormentos.

Que mas da sufrir, que mas da llorar,
Ahora tan solo te digo,
Que hay que vivir, aunque sangremos
Hay que soñar aunque después despertemos,
Hay que tocarnos el alma y el cuerpo.
Para que pasado el momento,
Sigamos mirando al espejo.
Lo que nos ata a tantos recuerdos.

Hay que soñar que mas da,
Que después solos tu y yo quedemos
Que importa,…
Que después nuestras almas
Se agoten sin encontrar océanos.
Donde colmar nuestra sed
Y ahogados de esta quedemos.

Hay que soñar,
Ha quien le importa que tu y yo lloremos
Y sangremos para sacarnos de adentro.
de donde tu y yo estemos.

Javier Guillen