ESQUIRLAS DE UNA MUERTE

No entiendo de flores, mujer de mi destino...

La tierra toda me pertenece, sin alambradas,
sin escombros, sólo aromos orillando mis zapatos.

Un rayo cruza el camino...

Un gorrión malhumorado
cuelga al borde de esta pollera larga,
vino con la muerte en este día de todo los santos
cuando una flor miserable
cubre tus ojos y no puedo besarte.

Un árbol cae a mis pies, yo lo miro...

Una cruz se alza en esta tierra lejos,
me saluda benigna
mientras las puertas se quejan
con el peso de mi palabra.

Un rayo asoma distante mientras maldigo...

Levanto siempre la voz en el camino
cuando todo se hace tiempo...

Un rayo vino volando hasta la copa de un árbol...

Sepulcral te nombro ,mientras la tierra se revuelve
con esta luz mortecina enemiga del silencio...

Un árbol gritó las flores que negaré por los siglos...

Será el todo y la nada, los cercos de rojo
y la noche más larga, jugando entre estos dedos
que se enredan en las horas del recuerdo.

Mientras tanto repito
la plegaria de tu nombre, Madre.
Cómo quieres que viva cada tres de enero,
cada noche si no te tengo.

Un leño y un rayo
se cruzan mientras camino...


FATAMORGANA
Patricia Lara Arriagada