[b]A ciento veinte kilómetros por hora, en una carretera abandonada de asfalto negro, la vegetación de la sabana cobra figuras que el humo va obligando a contar historias en el tiempo. Un cielo azul de fondo cruel con nubes impostoras que desearon llamar a este territorio suyo y la sangre cayendo en cascadas que la tierra absorbe para parir de su vientre casuchas de miseria cuyos habitantes salen de noche como esqueletos negros invitados de mala gana a cantarle a los pájaros invocando maldiciones al cie…

Un golpe obliga a tomar el volante con fuerza con ambas manos mientras el vehículo se desvía patinando y se estrella soltando humo en una zanja, quedando como un insecto quemado bajo una lupa

No hay nada. Lejanas montañas al fondo no hay nada excepto el zumbido en los oídos y la sangre caliente que desciende desde la frente tiñendo de violeta una franela azul.

No hay nada excepto un dulce sueño que…

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- Si supieras que tengo que irme María, la ciudad es como una bomba de gasolina a punto de estallar.

- Todo está en tu mente, son tus ojos azules europeos que tiñen de miseria todo lo que ven.

Las noticias en los diarios eran terribles, no entiendo por qué toda esta gente no sale de una buena vez a las calles con cuchillos y metralletas de palo y tubos a matarse mutuamente y terminar de saquear de una buena vez por todas este país. En lugar de ello, maldición equivocada, hay una tranquilidad indignante de una gente que se niega a obedecer a la prensa internacional y a los que saben. María me ve como a un extraño y yo no hago más que gritar como un loco “¿Es que no entiendes?” “¿Es que nadie entiende?” Espero el vuelo de aviones norteamericanos que vengan a bombardear la ciudad que mi raza llama mía “¿Es que nadie entiende?” Malditos perros morenos que se niegan a obedecer a la prensa internacional. De un momento a otro. Hay una tranquilidad pasmosa en la gente de la ciudad, hay tranquilidad en sus rostros, hay música a alto volumen por doquier, un profundo sentimiento de unión naciente independiente de mí. Veo gente trabajando y me doy cuenta de que todos están locos ¿Es que nadie entiende? Malditos p…

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Debe caer el látigo de alguna parte rendido, no me importa si es una mapanare arrojándose cansada de una rama.

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- Dicen que los gases de Júpiter están compuestos de una fiesta entre fantasmas ¿No sabías? ¿Nadie te lo había dicho? ¿No? ¿De qué hablas entonces? ¿Sobre qué conversas? Bueno, allí no van sólo los muertos, también los espíritus de los comatosos como tú a sanarse y también es un puerto para los espíritus de los chamanes. Verás, los chamanes hace algunos cuantos siglos compraron a Júpiter como puerto para sus negocios espirituales ¿No sabías? ¿Me entiendes así? Pues sí. Así que si ven a alguien como tú les envían una zancadilla para que caigan y casi se maten y los toman presos como a ti y los encierran como ustedes encierran a vuestros locos histéricos y esquizofrénicos sólo que en Júpiter es mejor porque hay más energía y así y sólo así es más fácil sanar. Allí puedes hablar con todos los fantasmas que les gusta la juerga porque a todos les gusta, sobre todo después de haber escapado de la prisión Tierra en donde es difícil que la cordura pueda subsistir sin que el alma se corrompa como a ti – Después, cariñosamente, lentamente, retiró su rostro como la Luna no sin dejar algunas gotas de rocío sobre los nacientes vellos de mi rostro.

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También se dice en algunos libritos algunas cosas sobre los rituales de iniciación, pues sí, señor. “El extranjero debe ser devorado por la patria” Pues sí, señor, ahora se dice así. Es como una boa que te traga, te digiere y luego te excreta haciéndote de esta tierra sin importar tu color de piel. Los blancos estuvieron muy ocupado0s inventando la tecnología por culpa del frío y olvidaron muchas cosas. A cada cien metros en esta tierra hay trampas para blancos, caen y después los excretan dulce como la miel.

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En el chabono hay un hueco en el medio del techo para ver quién es el que esa noche va a mandar bajo la influencia de su propio astro y a guiar a los otros en el sueño para hacer en bandadas que las cosas puedan ocurrir.

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El auto quedó allí después de los años como un insecto chamuscado. Aún se cree que acercarse demasiado puede provocar una maldición por impureza. El Sol nace tras las altas matas de cualquier parte allí, contando los segundos que aún quedan por seren contados uno a uno con la paciencia de un tejedor.[/b]