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ser chileno es con minúsculas... ser latinoamericano, también.


Ser Chileno es con minúsculas, o si no, pregunten en cualquier parte del mundo. Los Chilenos toman tequila y usan poncho o bailan salsa... con suerte asisten al carnaval de Rio, o con lástima viven los crueles embates de la guerrilla y el tráfico de droga... Y claro, si realmente supiéramos donde estamos parados para el resto, nos percataríamos que en ningún lado. Así de simple, no obstante, no deja de ser curioso que el vecino de la casa chica de que hablar, por lo menos en su barrio... perdón, población... ¿población o barrio?.

Como estamos en el barrio.

Días atrás salió publicado en la prensa de alta circulación y consumo nacional algún artículo que otro con respecto a lo solo que está chile (Chile) en la región latinoamericana. Exacerbados logros en lo económico, grandes acuerdos logrados con potencias del primer orden entre otras muchas yerbas malolientes, hacen que esta larga y angosta faja de tierra bañada de un pacífico -y por estos días contaminado- mar sea digna de la “envidia”, de la “pica” de los vecinitos... tal como en el curso uno odia a alguien por que le va mejor, o en el barrio se detesta a la vieja con más bolsas de tienda... claro, porque esta es una discusión de barrio... pero no debe restársele importancia a esas discusiones de población. Precisamente porque es tu lugar y un país no puede cambiarse de casa.

A ver. Por estos días la región latinoamericana ha estado un poquito mas convulsionada que siempre, y ahora los dardos apuntan también a Chile... Uno de los problemas comienza desde hace mucho tiempo atrás... la famosa Guerra del Pacífico deja mediterráneos a los Bolivianos. Cada vez que se puede, ellos - justamente o no- reclaman la ansiada salida al mar. Lo que pasa es que todo el “atraso” de los vecinos se debe, precisamente, a su condición de mediterraneidad. Nada tienen que ver otras yerbas como la educación o el comercio... porque solo son muy pobres por causa de otros, no por lo que han hecho con lo poco y na`.

Entonces, y a falta de una cronología detallada del “odio” Boliviano hacia Chile, en estos últimos días cobran relevancia las declaraciones de Evo Morales: “Nunca saldrá el gas por Chile, por...” un suma y sigue de razones esgrimidas. Entonces el real problema, que es que su preciado gas servirá para energizar una parte importante de la gran potencia, pasa a muy segundo plano... es que exacerbar el ánimo patriotero de un sin número de almas deseosas de sacarse la pobreza con sinrazones racionales, es importante. Ganar Bonus, también.

El Señor que canta bonito, y que por estos días no es moneda de oro, Hugo Chávez, desea bañarse en una playa Boliviana. En pedir no hay engaño. Pero en exacerbar los ánimos para lograr algún favorcillo o alguna clientela por aquí por allá, todo en nombre del “Sueño Bolivariano”... Ahí si que puede que haya algún dejo de, por lo menos, intención... y eso no está bien, porque le quita todo lo de gesta romántica y heroica al sueño de Bolivar.

A Chavez se le contesta que no se meta en relaciones entre dos países y que éste es un problema que no es propio bla bla bla... Mal, a Chávez solo debe contestársele con una canción, con una tonada o un poema... si nos ponemos serios, más tontos y pesados de lo que ya nos ven -y tal vez seamos- seremos para nuestros vecinos... probablemente menos inteligentes, también.

Se dice que luego del simpático episodio del espionaje del super agente 86 en el Consulado Argentino en Punta Arenas, el señor Presidente del hermano país, Nestor Kirchner, ha estado tratando de ganarse un bonus: Haciendo público el caso en su país justamente para sacar dividendos políticos, antes de tomar las medidas diplomáticas correspondientes... Esto es divertido, poco serio, un espionajilleo penca, sin embargo, puede sumarse como una gotita más para exacerbar las malas caras contra nuestro pequeño país en territorio trasandino.

El gobierno del obrero que llego a ser Presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, ha priorizado una alianza estratégica con Argentina - era que no, son las dos potencias de por acá - y le ha dado una suerte de resentimiento que Chile tenga “tan buenas relaciones” con su tío grande y que le de tanta importancia a sus vínculos con él. Don Luiz dice que esta actitud va en detrimento del desarrollo de alianzas comerciales importantes de esta parte del mundo, como el ALCA o el MERCOSUR, y probablemente tenga razón. Es importante privilegiar la región donde se habita, digo otra vez: el país no se pude cambiar de barrio ¿no?... Ahora, lo que debiera verse con sospecha es la intención del señor Da Silva... ¿qué se busca con esta integración?, ¿control?.

Nosotros. Lo que importa.

Simon Collier, historiador que se ha especializado en el País, dice que Chile sería una zona dialectal dentro del concierto latinoamericano, eso es que se habla con una cantidad impresionante de modismos y que probablemente nuestro español no es tan pulcro. Agrega que Chile es medio insular... por su posición geográfica, por su importancia relativa y etcétera, el país siempre estuvo sólo... y quién está solo tiende a mirarse el ombligo.

En una prolongada sobremesa con mi amiga Isabel, que proviene de Leads, Inglaterra, le consulto por los chilenos. La Isa me dice que lleva varios años acá y que ya está acostumbrada... todo bien... pero luego de un rato largo largo, comenzamos a hablar de lo que opina de verdad con respecto a los nacionales.

“En el aeropuerto se ven las diferencias” me dice y eso fue notable, me cuenta que cuando la ven llegar con pasaporte del reino y un español con marcado british accent, las puertas se abren como nunca se abrieron ni se abrirán las grandes alamedas. Pero anda a ponerle un “pues”, o una “s” bien pronunciada al medio o al final de una palabra… o preguntarle donde pasa la “movilidad” al guardia del terminal aéreo o de cualquier parte... ahí las cosas cambian. La displicencia llega y todo lo bonito, alto y blanco que puedo ser, seré.

Los logros económicos puede que tengan algo que ver en este exacerbado "ser chileno-ahora". Los grandes han admitido una cierta arrogancia nuestra por los logros de esta índole - como dijo la Canciller Alvear- así, se ve a CHILENOS viajando around Latinoamérica contemplando la pobreza y desesperanza de la mayoría de las naciones del barrio... entendiendo, pero en el corazón, a los Peruanos que viven en Santiago - ¡¡¡¡¡¡¡uuuuyyy que linda y limpia ciudad!!!!!- y prometiéndose ser más abiertos y menos discriminatorios. Es que Chile está tan bien... ¿o no?. (Por otra parte, en ese viaje de la vida por Europa, ven los chilenos que el país es tan atrasado, tan pobre, tan sucio y penca... ¡Por Dios los indios!... todo mal.)

Hace poco hice un viaje por tierras altiplánicas… todo anduvo bien (y lo del párrafo anterior, lo de la pobreza etc… en fin, es un poco cierto), pero bastó llegar a la frontera, puntualmente la frontera Boliviano - Argentina (Villazón - La Quiaca) y me percaté que las cosas no son buenas para un chileno en estos lares. El viaje había sido largo y bueno, porque debido a mi color de tez, tal vez uno o dos tonos más claros que la tez chilena (asumiendo que hay un tono chileno característico) y también porque andaba con dos improvisados amigos de la República Argentina, no tuve problema mayor… Pero ahí, en la frontera, pude percatarme de lo que puede llegar a pasarle a un Chileno y como nos ve parte importante de los vecinos: Como un ser no querido y obviamente nocivo.

Llegó un momento de temer, y es que el viaje sin duda había sido un poco tenso, el gas boliviano había aportado su dosis de adrenalina al asunto, nos quedamos algunas veces medio incomunicados, sin poder salir de los hostales por las violentas protestas y la falta de locomoción (movilidad por esos días) pero salvé bien, como se salva quién anda solo y se arrima al árbol que más le acomoda. Mal que mal, no se tiene tatuado en la cara el carné de identidad… pero en la frontera la cosa cambió: Tuve que mostrar pasaporte…

Por ahí viví en carne propia la lógica del aeropuerto pero de manera diferente. Me dio la sensación de que era tratado prácticamente como un ladrón... Pero un ladrón High Tech a quién humillas para descargarte, pero que realmente no puedes hacer nada más que fustigarlo por un rato, porque ese ladrón, según esos ojos, es pudiente -y en esa lógica los pudientes son superiores a ti- pero ladrón y mala clase sin duda.

Pues bien, tratados de ladrones mala clase, incultos, etcétera, por varios de nuestros vecinos del barrio… Nosotros catalogando a los latinos de indios y tratando de ser a little bit better, se nos va la vida. Los chilenos (con minúscula) no están acostumbrados a ser vilipendiados… es que lo de la economía es desde hace muy poco y también es nueva la inmigración peruana, argentina, ecuatoriana etc… y evidentemente el turismo chileno hacia fuera del país es demasiado reciente. La falta de costumbre (llámese falta de mundo) me hace pensar que tal vez Simon Collier tiene razón: Un isleño pasa mucho tiempo mirándose el ombligo. Y puede ser que esa actitud sea vista con resentimiento en un barrio chico, pobre, maloliente y lleno de problemas básicos. Porque no sólo ser chileno es con minúsculas, ser latinoamericano, también.