emergimos de las aguas montados en un motoneta
de ciento veinticinco cilindradas, junto con miriam. laa indudacion dejo una laguna en el valneario,
del tamaño de un charco gigantesco, y decidimos juntos, acampar al pie de la concentracion de agua, frente al rio. y antes de volver con los nuestro, seguir besandonos otro poco mas. nuestros resentimientos quedaron en el mas alla,
a dios gracias, y por suerte regresamos ilesos al sitio que nos vio nacer. no recordamos donde estuvimos; pero las marcas que nuestros cuerpos mordidos delatan, nos confirman que donde quiera que nos encontremos, siempre nos vesaremos incansables, propinandole a nuestros cuerpos, marcas con deseos inagotables. tambien ignoramos el tiempo, en que nos ausentamos, solo nos importar volver por nuestros hijos. y retomar el diario intimo de dejamos de lado.
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a miriam y toch a
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