Pobladora del paso de los días.
Rastréame en la noche el húmedo
diamante de los grillos del jardín
que nadie sabe.
Regálame ese soplo que modula
en palabras, distancias y presencias.
Oye el canto ancestral de los guijarros
despertando al influjo de tus aguas
el soplo incandescente
de vidas enterradas y sedientas
que vienen a escuchar sus voces extinguidas
a mi puerta.
Pobladora del tiempo hecho presencia.
No me niegues la gota de lluvia guardada
en la redoma de tus ojos.
Decides, entre las gaviotas de ojos ávidos
que vuelan sobre el mar,
el destino de peces deslumbrantes y magníficos.
Dentro de este sinnúmero de voces imposibles
urdidas en la bruma,
se desliza el susurro de tus pies descalzos
a la orilla del mar,
llamándome ...
Texto agregado el 03-04-2006, y leído por 215
visitantes. (7 votos)
Lectores Opinan
27-05-2006
De lo mejor que he leído. Precioso. margarita-zamudio
14-04-2006
Esta serie de poemas es sublime. ***** Felicitaciones. Mereces estrellas infinitas. loretopaz
05-04-2006
Es muy hermoso ! Sigo leyéndote con gusto! ***** elnegropablo