Me quito las botas en el baño y me coloco los tenis, dejo el portafolio en el cubículo. A fuera del edificio me espera el par de amigos que frasean su amor, subimos al Valiant 72, en verdad le envidio esté auto.
Saludos y más saludos, bebidas al por mayor, fue un día bastante caluroso por lo cual decidimos pedir cervezas para todos, comentamos nuestras respectivas andanzas y actividades:
_” El místico aplicó el helicóptero sobre perro”, “tactos rectales, niños llorando”, “qué eres un pendejo”- Vociferábamos todos sin ton ni son.
Justo me alcanza la miadera y voy pero que vuelo al baño, mientras descargo me acuerdo mucho de Parménides García, me encantaría haber sido su amigo y también de José Agustín, quiero ser el nuevo José Agustín antes de los 30, mejor aún quiero ser el amante de Queta Johnson.
Salgo del baño con una sonrisita en la cara, la cual cambia instantáneamente por un gesto de miedo, ya que un ruco “jipiteca” (pescador de nostalgias) tira un dardo a un tiro al blanco justo en el momento que voy pasando.
_Abusado compa! –Grita el canoso y greñudo sujeto.
En una segunda visita al baño unisex, vi a “anhelos del pasado” subiendo su zipper y a un lado, un caballerito con la mirada clavada en el piso, como diciendo “como diablos me atreví a hacerle un oral a este redrojo”.
De nueva cuenta en el presente incierto:
En la barra esta FRASCOS con el novio, sujeto muy pero muy prehispánico, más él no tiene la culpa sino la femme fatal, quien una semana antes me regalo un poco de caricias, antes éstas eran como un torrente comparado sólo con una artería recién cortada, ahora sólo lo comparo con un pinchazo y su respectiva gota de sangre.
_Hola nena, refrescándote y pasando el rato, supongo –Saludé estúpidamente y me auto respondí aún más estúpidamente.
_Hola…cómo has estado? – respondió con nervios a mil por hora y con hombre piedra aún lado.
Palabras de más y un discurso mal estructurado, mejor me voy –pensé-
No niego que me inquieto el momento, es más, la manera en que supe que era su “chico” fue porque hay un dibujo en la pared de su recamara con el cual asocié de inmediato el parecido, la diferencia: él es moreno y en el dibujo es rosado.
Me retiré con una “gallardía implacable”, justo cuando llego a la mesa mis cuatitos tenían una calurosa charla, ya había mencionado que fue un día muy caluroso?... parece que si. El tema se basaba en los viajes en el tiempo y el tópico era a qué época y lugar te gustaría ir.
_ Definitivamente a la Revolución industrial, abordaría la máquina de vapor con más engranes, mientras leería en la prensa (respectivo olor a tinta fresca) el último retoño de Jack el destripador –Describía amiga del alma a la concurrencia.
_No, no la onda sería ir a Vietnam, plena guerra y surfear en el mar de Saigon como el wey de Apocalypse now, se acuerdan? –Neurótico amiguísimo arremetía el viaje pasado.
_Comparto lo de playa, pero le quito lo de Vietnam y me ubico en el Acapulco de los 70s… - Propuso abstemio amigo.
_Pues estoy de acuerdo con los 70s pero me encantaría estar en Nuevo Orleans, en un concierto de Derek and dominos y justo en el momento que estén tocando Layla – Interrumpí muy emocionado y de inmediato me lleve un cigarro a la boca.
Los tragos y las parlas siguieron, hasta que otra demanda de la vejiga llegó, y voy que voy al baño; una cola tremenda se anteponía entre mi pene y el mingitorio, mientras apretaba y para mi sorpresa (Kinder sorpresa) llego AMORdidas, me saludo a tres weyes de distancia (la cola), mientras su inseparable y simbiótica amiga me pidió del cigarrillo que me encontraba fumando.
Ya de vuelta en la mesa, el grupo de parroquianos era menor a estás alturas. Ya estoy un poco servido, más no puedo parar. Me dedico de lleno a hablar con dos sobrios, por tanto la platica, la dirijo yo (plática de borracho).
_Cabrón ahí viene tu de tripas corazón – Me refiere sobrio 2.
Y no venia sola, atrás de ella toda la banda, amiguimbiosis y el macho correspondiente.
Se sentó justo enfrente de mí, pero se sentó sola, la pandilla estaba en una mesa subsiguiente. Sentí su mirada pero pues ya ni sé, ya que es una dama muy astuta (maldita), siempre he tenido la terrible costumbre de buscar mujeres muy inteligentes (jactancia aparte) ó en su defecto amazonas de tierras nunca antes exploradas que gustan de comer carne de hombre acompañada de malvaviscos.
Ella también se veía media servida, chela en mano y ojos penetrantes pero inyectados de alcohol como los míos; le pregunte a Abstemio que si me lanzaba a la mesa de ella y me respondió:
“Lo único que lograras es que la vieja sepa que aún te trae pendejisimo, neta las posibilidades son remotas de que le atraigas, sólo lo hace para ver hasta donde chingado llegas”
Como buen hijo putativo que soy de Abstemio, obedecí, y nos enfrascamos en una charla de valores de la amistad (plática borracha) y sobre el café bar que abriremos en unos meses.
_”Dispón de mi dinero, pero eso si, un notario se encargara de avalar este desmadre”- Alegaba yo bien pedo.
Ella decidió unirse a su grupo y en diferentes ocasiones se acercaba a la ventana que estaba al lado de mi mesa, su pior es nada la abrazaba, podía detectar en los abrazos de él “es mi vieja, ehh” más el acto se me escurría como moco de niño. Entre su ebriedad fue a parar a mi mesa.
_Adióss, yaa me voy- Dijo en un tono muy pero muy etílico.
En el momento que cruzo la puerta, me sentí triunfante sobre aquella tribu de amazonas, había ido con su líder quien tenía los senos descubiertos, senos grandes y jugosos, me dijo que bebiera y me negué, preferí cortarle uno con mi espada fálica y llevármelo a casa.
Ya afuera del bar, nos subimos en el COGUAR 89 de Abstemio, no envidio este auto, más si envidio sus propiedades.
_Ponte el cinturón de seguridad y las gafas de vuelo –Ordeno Abstemio, mientras programaba el panel de control.
Arrancamos a gran velocidad, mientras el camino se convertía en una visión caleidoscópica.