Tus manos calladas,
la embriaguez de un momento doloroso,
con poco dinero,
y con una mujer que te pedía más y más...
Lo enfrentanos con dolor,
lo sé,
¡ pero estábamos todos unidos!
¡ todos unidos para ayudarte!
No quisiste nuestra ayuda,
ya que tu orgullo puedo más...
¿ Porqué no te lo fumaste junto a la hierba?
Las calles estaban vacías,
el dolor de una muerte abrupta acechaba los cabellos finos, en los cabellos de quienes cabalgaban en la caballería.
Sé que lo pensaste,
mucho,
pero... ¿porque no dejaste una carta?
aunque, queda claro que despues de esa llamada de un maldito banco del estado,
te dolerían hasta las venas,
todo lo que succionaba el dinero...
¿ Porqué Felipe?
¿Porqué tus ojos buscaron desesperados una cuerda entre tu escritorio y tu biblioteca?
Sólo sé,
que tu y tu alma desdichada,
amaban la vida,
la amaban a tal puento que tu me ayudaste a mi,
que ayudaste a creer en ella, ( por mucho que nos diera la espalda), a confiar en ella ( por mucho que nos mintiera de vez en cuando) y a respetarla ( por mucho quer ella nos pasara a llevar)..
Me diste la luz de la esperanza,
del futuro,
pero te quedaste con las predicas,
y no la práctica,
en un dia 11 de Julio,
( un día muy calurosos de penas y alegrías)
moriste,
por medio de una cuerda,
amarrada a un techo frágil...
En memoria de Luis Felipe Aguirre Ossa
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