El tema del amor es bastante apasionado y ha dado mucho material para discutir. Desde simples disputas pasionales acerca de su definición, hasta análisis exhaustivos que tratan de explicar su significado; sin dejar de mencionar ensayos psicológicos, metáforas, poemas o tesis de sociología acerca de dicho sentimiento. El origen de tales polémicas estriba en los diferentes significados adjudicados al término. Si bien es cierto que ciertas personas lo clasifican de acuerdo a sus protagonistas, la definición más aceptada considera que “...para explicarlo, primero se debe sentir” Bien lo dijo un sabio poeta: el amor, para que sea amor, necesita amor... Sin embargo, no se puede sentir algo que no sabes qué es, porque no sabrías qué es.
Partamos de que el amor es un sentimiento indefinido; por lo tanto, las manifestaciones de él son indeterminadas, confusas y universales. Esto significa que se trasmite y entra por los sentidos, ya que se siente. Esto nos lleva a pensar que es contagioso, es dependiente... pero no enfermizo, al menos no durante sus primeras etapas. En general, es “algo” que te motiva a realizar actos insólitos, majestuosos o trágicos. Como le dijo Romeo a Julieta I love you, tratando de explicar sus procedimientos ilógicos, desenfrenados e irracionales, pero eruditos en el tema del romanticismo están de acuerdo en que el joven intentó descifrar la antigua paradoja amorosa que utilizó Eva, cuando obligó a Adán, a morder la “manzana” de la discordia...
Discordia, para los conservadores. Lujuria, para los violadores de las leyes naturales. Son los sinónimos adecuados para el amor. Unos dicen porque los obligan a cometer actos ilícitos; los otros, no pueden abstenerse, por más que lo intentan, sentir tanta desesperación y a la vez pasión. Yo me vuelvo loco cuando la veo, dicen los primeros. Me pierdo en las tinieblas misteriosas de mi memoria y se acelera mi presión, comentan los segundos. Las personas ordinarias (comunes, para no ofender a nadie) se ajustan a las normas dictadas por la sociedad; las cuales, no siempre encajan con nuestros propósitos, porque no definen adecuadamente al amor, es más, no lo consideran. A pesar de todo lo discutido, se puede concluir que el amor no tiene significado, pero es un sentimiento y es importante debido a lo polémico de su interpretación.
En los albores de la humanidad, el amor significaba un garrote y un puño de greñas en la mano. El basto evolucionó hacia un escarabajo con cebada fermentada; después, la lira con un racimo de uvas exprimido o un huevo saturado de lodo negro envuelto en papel de arroz. Antes del nuevo mundo y d. C., lo fue la cruz: castidad, desesperación, sangre inocente, hambre, frío, oscuridad; pero también arte perpetuo, música eterna, ciencia, conquista. Después del viaje de contacto cultural, la cruz de nuevo: esclavitud, espada, látigo... oro, libertad, independencia, el 30-30, la manita sudada, guerra, el ADN, greña larga, mariguana, la tanga, la luna, el control remoto, una 486, devaluación universal, pobreza, holocausto... Sin embargo, su manifestación más imponente lo representa una manzana, un corazón y una víbora (en anatomía comparada éstos elementos biológicos, son partes corporales humanas de suma importancia).
En la práctica, el amor es algo bien sencillo, pero en teoría es bien difícil y complicado. Por ejemplo, tú sabes que amas pero no sabes por qué ¿o sí?
-Amo, porque tengo necesidad. -¡Sí chucha, cómo no!
-Yo, porque me siento bien. -¡Ay tú, no vayas a tener pesadillas!
No nos preocupemos por su significado, todos tenemos el potencial de sentirlo y expresarlo a nuestro entendimiento, así que... pongamos las reglas para hacer el amor.
Primero.- Evitar una serie de restricciones sociales, culturales, religiosas y maternales; en general, salir adelante con el estado psicológico individual y olvidarse de traumas infantiles, del subyugo. Es bien sabido que la sociedad impone sus reglas (urbanidad, transito, comercio...), olvidar eso, es lo conveniente, lo sano; la cultura, que es lo más importante de los humanos, pone barreras cuando los niveles están distorsionados entre los protagonistas de la escena del amor, por eso no debe importar el color, idioma, estatura, economía, sexo... (lo último depende de las desviaciones o afecciones personales o del modernismo). En cuanto a lo religioso, es dogmático si se cree o, se es escéptico y no es importante; si hay disposición para sentir con plenitud las leyes de la vida, el credo deja de tener valor. Respecto a lo maternal, queda a criterio del lector, si tiene o no; si es lo primero, adelante, échale ganas; si es lo contrario, compra las "Instrucciones para el Destete", con múltiples ejercicios sencillos, una vez que las pongas en práctica, empieza desde el principio.
Segundo: sigue al pie de la letra el inciso primero de estas instrucciones, de lo contrario no podrás comprender el procedimiento. Identifica claramente al o, a los actores complementarios; algunas personas sugieren hombre-mujer, mujer-hombre, hombre-hombre, mujer-mujer, si se desea agregar la “ese” a cualquier terminación, para darle más sabor o picardía, es válido. Si no se comprendió lo anterior leerlo de nuevo. Una vez pactado el convenio con el, la, las o los congéneres, pasar al punto tercero. En ocasiones se presentan resistencias, si eso sucede se rompe el convenio y ya no sirve por lo que se luchó; o sea, se viola la primera parte de este procedimiento; socialmente eso conlleva a perder cinco o seis años de la libertad... si se comprueba. Respecto a esto, se recomienda leer las "Instrucciones para la Autoseguridad", después de estudiarlas, regresas al punto inicial de este instructivo.
Tercero.- Desvístete, como puedas... si te da tiempo; en su defecto, antes de iniciar a lo que vas, llega a un acuerdo acerca de cómo disminuir la vestimenta, para no perder la concentración y darle un cierto toque de romanticismo al asunto. El "Instructivo de Prendas de Moda para Hacer el Amor": ilustrado", esta en prensa, esperamos ponerlo a la venta en fecha próxima; le dará un matiz de erotismo al acto... ya lo verás. Te lo recomendamos.
Tercero bis.- Si es tu primera vez te recomendamos las "Instrucciones para No Fallar al Primer Intento". En él, se hacen varias recomendaciones para no fracasar o en su defecto, no desbocarse: todo con medida, nada con “ex-sexo”, cuidado con el SIDA, usa látex. Si has logrado despojarte de tus prendas, comprueba que has seguido al pie las instrucciones. Demostrado lo anterior, pasar al último episodio lo más rápido posible. Por regla general, es el más difícil y donde la mayoría de las personas fracasan. Ten mucho cuidado, sé cauto; pero... déjate querer, déjate querer.
Cuarto.- Independiente de quién sea tu pareja compañero(a)(s)(as), se debe adquirir la filosofía del ciego: hacer el bien sin saber a quien pero que sea remunerativo, satisfactorio y sano. Deja fluir al instinto, que te lleve la situación. Libérate.
Después de hacer caso a estos consejos, sabrás por qué el destino te escogió como persona. Sentirás la importancia de respetar la vida. Sabrás entonces que puedes traspasar dimensiones desconocidas y volar sin despegar, desintegrarte sin morir y llorar, gritar, cantar, volver a nacer; sabrás que vives. Simplemente, comprenderás quién eres.
NOTA FINAL: si entendiste mal lo de hacer el amor, puedes comprar las "Instrucciones para Fornicar" misma editorial.