Ni su sombra le hacía sombra
fulgurando con destellos
camuflados de Ra …(diantre!)
reinventándo mis sentidos y razones
se rodeaba de un halo albino
disparándome miradas cargadas
de flechas rompe-corazones
cual ángel envestido de Cupido
mi mente y mis ojos ya creían
que su existencia era absoluta y Divina
y de no haber sido por sus constantes
visitas a la letrina
hubiese dudado
que fuese tan sólo un hombre
y tal vez le adoraría!
Texto agregado el 31-03-2006, y leído por 387
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Lectores Opinan
29-04-2006
mUY BUENO!...QUE BIEN ESCRIBES! ME ENCANTA, TE SEGUIRÉ LEYENDO! bets