Es extraño, siempre que mi vida pasa por un mal momento, dentro de lo patético que es toda, o cuando por un instante me siento asqueado de la miseria de una existencia vacía, casi siempre me dan muchas ganas de leer un libro, un buen libro, un Rulfo, Dostoiewski, Nietzsche, Hesse (este me produce mas pena que alivio), Sartre, Camus, Cortazar, Borges, Parra.

He intentado saber el porque, el porque leer un mierda que poco tiene que ver con lo que me pasa (en lo practico), o que poco puede ayudarme a solucionar mis infinitos problemas. Creo, la respuesta no muy cavilada es que me hace entender lo banal de todos mis problemas cotidianos, es verdad son grandes problemas, no soy feliz, pero... ¿quien es feliz? A quien le importa lo que me pase, aun, a mi que me importa, toda esta existencia es una mentira, todo lo que me rodea es una mierda, toda esta maldita sociedad, toda esta maldita vida es una porquería sin sentido. ¿será que estos libros me ayudan a asimila esta verdad ineludible para algunos seres humanos?, por ejemplo, Dostoiewski, un gran autor, analiza el alma humana en forma magistral, no tiene igual, la lucha entre el bien y el mal presente en el texto, es simplemente perfecta, mas... ¿de que tipo de alma estamos hablando???, alguno de nosotros posee siquiera un poco de la pasión Dmitri o de Gruchegnka o quizás de Catalina Ivanovna, aquella vehemencia para con los sentimientos, no se, pero si la vida, aunque adversa fuera así de pasional, darían ganas de vivirla. Pero las vida insulsas, sin ánimos, completamente vacuas, en la que nada importa nada, son realmente una condena infinita, en los hermanos karamazov, los personajes siempre tienen un porque, y como dijo Nietzsche “si se tiene un porque se puede aguantar cualquier como”, todos eso personajes, a pesar de la adversidad tienen una pasión por la vida, aun en lo desfavorable, aunque aquello signifique perder la felicidad, tienen un porque... ya me quiera yo ser así. Es algo así como Sísifo, “no hay castigo más terrible que el trabajo inútil y sin esperanza”. Eso es para mí la vida, y por eso leo, para asegurarme de eso, para comprender que todo esto es un maldito absurdo, un maldito capricho de la naturaleza, que no vale la pena.