Inicio / Cuenteros Locales / islero / LA LORA Y LA MAESTRA DE CAMPO
1.-
Con sus graznidos solitarios la Lora gobernaba el país. Firmeza, discurso único, y memoria histórica eran sus atributos. La prensa independiente y algunos opositores se escondieron en cavernas secretas.
A todos guiñaba un ojo y les regalaba una sonrisa. Y siempre con el mismo ojo. Era su costumbre. Sin percibirlo se fue quedando al principio vizca, pero luego su hombro izquierdo cayó hacia un lado, y más tarde toda esa parte del cuerpo se encogió, perdió sensibilidad. Escasa vida por un lado y torrencial por el otro.
Así pertrechada en su ser disminuído se concentró en la noble tarea de homogeneizar la memoria histórica de los ciudadanos. Todavía se los llamaba así, ¡ciudadanos! Hombres y mujeres solitarios. Hijos sin padres. Madres sin hijos. Abismos entre generaciones desconocidas.
Borró fechas patrias que venían de antaño; decretó canallas a quienes habían llevado a cabo algunas pequeñas epopeyas de aquel pueblo niño; inventó máscaras y las dignificó como ejemplos. Vizca como era, miraba para un solo lado. Se dedicó a revolver heridas con fiereza, apoyada en su extraña teoría, según la cual era el único modo de curarlas.
Dividió la memoria histórica en dos montañas. Solo dos. Una, negra y maloliente. Allí estaban todos los violadores de los derechos humanos. Emergían de ese hueco espantoso cuchilladas eléctricas de forma permanente. La otra, blanca y con olor a jazmín. Aquí convivía el resto del grupo humano, defensores o quienes habían sido pisoteados por los asquerosos del poder de la montaña irrespirable. No dialogaban. Solo gritos.
Ángeles o demonios.
2.-
María de la Esperanza jugaba a la ronda con los niños y niñas de su escuelita de campo. Dos palos borrachos, y tres ibirá-pitá sombreaban la humilde escuela. Esbeltos y frondosos se hundían en la tierra y la explosión de sus flores, rosadas y amarillas, tocaban el cielo azul.
Lejos de las ciudades y de la influencia de la Lora los comarcanos se reunían a comer y bailar, de tanto en tanto, organizados por la maestra, Era personal único para una escuela perdida en montes bravíos.
María de la Esperanza, escondida en el monte, les enseñaba a los chicos la historia oral que a ella le había llegado de muy lejos. Un pueblo que había luchado por su liberación. Sangre, dolor y esperanza de muchas generaciones. Los niños asombrados no pronunciaban palabras. A menudo escondían las lágrimas apretujadas.
En tales momentos, la Maestra entonaba Zamba de la Esperanza, y comenzaban a bailar hasta llegar a la paz de los árboles. De forma lenta bajaba el ritmo, la voz y los movimientos hasta quedarse quietos.
María de la Esperanza entonces con palabras pausadas dijo:
- Niñas, niños, ¡respirad hondo!....Otra vez. Cerrad los ojos y percibid la infinidad de ruidos". Después de un rato María de la Esperanza pronunció palabras quedas:
- “Abrid los ojos....Dejad que la Naturaleza entre por todo vuestro cuerpo. Mirad tranquilos”.
Las grandes estrellas rosas del lapacho, con sus amarillos, blanco y marrón en el centro se mecían en la policromía del verde de las hermosas hojas. Allá lejos, cerca de las nubes, muchas estrellas rosas. Los capullos amarillos de ibirá pita se estiraban en multitudes hacia las alturas. El esplendor de la naturaleza y los rayos del sol hacían vibrar las células de niños y maestra. Quietos. Percibían maravillados.
Después de un rato la Maestra exclamó:
- “¡Cuánta belleza! ¿Qué percibieron Ustedes?”
- “Armonía”, dijo una niña.
- “Paz”, agregó otra.
- “ Muchas cosas pero unidas”, dijo un párvulo ya casi adolescente.
- “Lo que ví hoy no lo había visto antes”, agregó un compañero.
- “Queridos míos, dijo la Maestra, terminó el ejercicio de la percepción. Aquí nomás haremos el ejercicio de la memoria histórica.
Sentados en el pasto de forma circular comenzó la escena. En el medio, en un silla desvencijada, se sentó un jovenzuelo, con porte de gran autoridad. A sus costados dos niñas, las hermanas Ismena y Antígona frente al Poder.
Con los brazos caídos y los ojos clavados en el suelo salió lastimera la voz de Ismena:
“Tenemos que someternos a los mas fuertes,
Ejecutar todas las órdenes, aunque fueran todavía más penosas.
Yo obedeceré a los que están en el poder.
No estoy para levantarme contra el Estado”.
No es buena la cobardía,
Ni ejecutar órdenes de tiranos.
Tampoco es bueno levantarse contra el Estado,
dijo el Rey.
“Tus órdenes, pienso, tienen menos autoridad
Que las leyes no escritas e imprescriptibles de Dios.
Todos los que están aquí presentes me aprueban.
Lo dirían, si el temor no les cerrara la boca.
Pero los jefes poseen muchos privilegios, y sobre todo
el de obrar y hablar como se les plazca”,
fueron las palabras de la valiente Antígona dispuesta a enterrar a su hermano que el Rey había dispuesto quedase a monte descubierto para alimento de buitres y caranchos. Una Antígona a la criolla, puesta al día y para estas tierras.
En ese instante llegó un destacamento de policía a la escuela. Detuvieron a María de la Esperanza. Los niños se apretujaron y con llantos gritaron ¡NO!. Habló el sargento:
- “Guachos ignorantes, montieleros patas mugrientas, ¡váyanse a sus casas y no abran el pico!”.
La primera medida de la Lora fue un decreto de necesidad y urgencia por el cual se prohibía en todo el ámbito nacional la lectura y todo tipo de difusión de la obra de Sófocles por ser un impedimento para el crecimiento ciudadano.
La segunda medida dispuso que la Justicia independiente juzgase a la maestra de campo.
Los jueces condenaron a María de la Esperanza a 60 años de prisión por la peor corrupción mental de menores: lavado sistemático de cerebro para impedirles ser hombres libres.
La ruta intercontinental es cortada permanentemente por un gauchaje insolente, junto a sus hijos, solo para entregar unas boletas contando la historia de María sin Esperanza, salvo que el viajero retome la memoria histórica integral. Memoria larga y profunda. La policía nada puede hacer con estos cortes, pues son realizados en lugares diversos e insólitos.
Mientras tanto la mayoría de los hombres, mujeres y niños del país de la Lora van de aquí para allá, sin rumbo, sin reconocerse.
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Texto agregado el 29-03-2006, y leído por 980
visitantes. (12 votos)
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Lectores Opinan |
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11-04-2006 |
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¡ no se puede pedir LIBERTAD, teniendo de REHENES a los demas ciudadanos!
hay que saber EJERCER LA LIBERTAD CADA DIA, pero sin avasallar al otro, sin dejar de respetarlo***** MONICA-ESCRITORA-EROTICA |
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10-04-2006 |
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Que narrativa tan interezante y con un mensaje que deberiamos tener siempre grabado bien hermanito. gatelgto |
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08-04-2006 |
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"Si padeciendo andamos/ el peso de la injusticia/ es porque en el mundo reinan/ la ambición y la codicia."
L. Lugones.
Un abrazo bits |
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08-04-2006 |
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"MEMORIA HISTÓRICA INTEGRAL. MEMORIA LARGA Y PROFUNDA"... Y dolorosamente espejeante de lo que nos hemos trazado, Máximo, de ceguera en ceguera. Mis ***** vacarey |
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05-04-2006 |
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Excelente. La historia se repite desde el comienzo de los tiempos. ¿Cuántas Loras y Marías de la Esperanza más aparecerán? cientos, miles hasta el fin de la humanidad. Felicitaciones y van mis 5* jorval |
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02-04-2006 |
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Genial Islero!!! POco tiempo dispongo para leer pero est vez fui a por ti y no me equivoqué en absoluto. Genial repito como diseccionas y nos muestras mediante una genial clase de maestría de una maestra como el poder político rasura la libertad de expresión una vez más... Y ya van tantas!!! Un saludo y como tú sueles decir me voy cantando.***** josef |
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01-04-2006 |
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¿Somos espejos o somos reflejos?
Excelente texto, Máximo. Y por lo que veo, en la misma tónica del anterior. Un abrazo y estrellas. OrlandoTeran |
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01-04-2006 |
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Un gran texto donde realidad y casi leyenda parecen confluir para mostrarnos, una vez más, los desatinos del mundo en el cual vivimos. Un homenaje a los que luchan frente a la adversidad, un grito delatador a aquellos que se creen dueños y señores, con derecho a someter y coartar la libertad. Una historia que duele, pero ese párrafo final, de hombres y mujeres errantes, que van de un lado a otro sin reconocerse, es sencillamente tremendamente real. Un gran abrazo. Todas las estrellas Shou |
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31-03-2006 |
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Muy buena tu cuento-parábola.
Ciertos personajes que nacen de una inspiración espontánea resultan ser dominantes y creo que tu María de la Esperanza podrá enseñar mucho más a través de tus textos.Un placer raro leerte ya que últimamente estás algo parco. Ninive |
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31-03-2006 |
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Muy buen texto, bellísimamente narrado, un placer leerlo y encantadora tu María de la Esperanza*****
india |
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31-03-2006 |
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sin palabras***** lagunita |
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31-03-2006 |
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ISLERO: NO PUEDO COMENTAR ESTE TEXTO. DESDE PRINCIPIO HASTA EL FINAL, PENETRÓ EN LA PROFUNDIDADES DEL PECHO INDÍGENA DEL QUE SOY PORTADOR. SÍ, HISTORIA... ¿QUÉ SERÁ? ¿QUIÉN SABRÁ? ALGUNAS COSAS DUELEN; OTRAS... QUEDAN. MUCHO SE NOS ESCAPA. PERO SÍ ES EVIDENTE QUE SOMOS NOSOTROS.
EXCELENTE ESCRITO.
UN ABRAZO bits |
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31-03-2006 |
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En homenaje a todos los que combaten, resisten y desafian al Pensamiento único en el planeta:
Uno no escoge el país donde nace;
pero ama el país donde ha nacido.
Uno no escoge el tiempo para venir al mundo;
pero debe dejar huella de su tiempo.
Nadie puede evadir su responsabilidad.
Nadie puede taparse los ojos,
los oídos,
enmudecer y cortarse las manos.
Todos tenemos un deber de amor que cumplir,
una historia que hacer,
una meta que alcanzar.
No escogimos el momento para venir al mundo:
ahora podemos hacer el mundo
en que nacerá y crecerá
la semilla que trajimos con nosotros.
(Gioconda Belli). Seguramente no sean estas las lecturas que de esta autora se han acercado a esta página, pero ya sabes, Máximo, cada uno es cada cual...Lo mejor de escribir será no tener nunca que borrar lo que un día se escribió, ni ocultar lo que un día se hizo o se pensó. Lo mejor es caminar sin pretender ser un ejemplo en la marcha, sino en la elección del camino.
maravillas |
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31-03-2006 |
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Eres un viejo sabio (siempre lo digo)..., que está observando (y sufriendo?) esto de nacer y vivir en estas tierras dificiles...
Estoy contigo y con tus pensamientos.
Un gran abrazo (y juro que voy a andar por tus pagos) CalideJacobacci |
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30-03-2006 |
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María de la Esperanza, un personaje que me encantó, el texto está lleno de buenas imágenes como simbolos, un texto que me dejó reflexionando porque habla de la libertad, la esperanza, el amor, la vida misma y la ironía. Sencillamente me encantó. ***** fabiangs |
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30-03-2006 |
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"Zamba de la Esperanza", Cafrune me la enseñó en España cuando hacía más falta. No lo olvido. Gracias por este cuento concienciador. Un abrazo y ***** graju |
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30-03-2006 |
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Muy a tu estilo, Máximo. Rescato a tu "María de la Esperanza". Hay muchos/as por allí, diseminados, abriendo mentes y privilegiando el amor y la libertad... "aunque vengan degollando". Tus estrellas junto con un abrazo ***** neus_de_juan |
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30-03-2006 |
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Caray, que dificil situacion, a esto llamo yo vivir sin alas, es como estar encerrados en una jaula sin respirar libertad, me apena mucho, que una maestra tenga que ser encerrada por enseñarles a sus niños a ser libres como un ave, hay un impedimento que aplasta los ideales que todos llevamos dentro, un abrazo doctor, me a deleitado su obra, saludos y muchas estrellas. Aramis |
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29-03-2006 |
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Que Duro! y presiento que tambien muyyyy actual (lamentablemente). Me gusto. Saludos, parakultural |
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