despues de fumar mi decimo cigarrillo, me digne a ordenar la cocina, y a limpiar el despelote, que miriam dejo anoche olvidado.
esto en verdad me saca de la casa
de la inspiracion, y hace que descarrile facilmente,
la poca marcha que en mi ser deberia permanecer incolume.
me encuentro solo, y con la chequera del dia de hoy en blanco, pero me siento como apurado;
diria mejor, apresurado por las no se que cosas que deberian de susederme pronto. es que,
mi computadora esta plagada de cuckies, y camina por demas lenta, y no se como eliminarlos; esto me pone ansioso lo juro, me amanera los gesto que es algo que me pudre.
acepto que no poseo grandes posibilidades de contar historias hoy, y que tal vez por este motivo es que dibago irrespetuoso, pero deberia de dejar en claro, que mi sensacion de agonia se debe de deber, a que arrastro un`dudoso deseo de morir, jamas siento esto asi, pero hoy encuentro francamente verdadero este deseo, esto opera seguramente en contra del el instinto de concervacion que deberia de enarbolar con orgullo. no por otra cosa. no barajo la posibilidad de un futuro interesante por el momento, entonces mi voz interior se coloca adolecente en mi mente romantica, injusta. y se apaga la luz que mis ojos necesitan para ver, quedandome ciego por un momento, que en el fondo desearia sea por siempre, como una oscuridad eterna en un claustro sin luces.
la ciudad descansa, igual que en la noche de los picapiedras duermen sus habitantes, profundamente.
las luces de las estrellas animan las oscuridad,
y los pajaros pian invisibles.
ir o volver; quedarse o permaneser; servir como un lacayo, o volcar la copa de vino de esprofeso, como quien arroja su pañuelo de enamorada, como quien deja caer su vida porque siente que no cotisa lo que un silvato.