La soledad, un café y un cigarrillo
Sentado en la habitación
sobre una hoja en blanco,
los pensamientos me dan vuelta en la cabeza
como si esta fuera un bolillero,
rebotando contra las paredes interiores
de mis propias limitaciones,
miro el techo,
luego miro la hoja
y sin notarlo vomite seis versos,
el café se enfrió,
y hay olor a filtro quemado en el cenicero
e interrumpo el silencio
con el chasquido del encendedor
prendiendo otro cigarro,
el humo va dibujando figuras lejanas
que me traen recuerdos de momentos olvidados,
amores que no fueron
y otros que ya se han marchitado,
juegos de niños,
olores , melodías embrujadas
de tristezas y alegrías,
nostalgia,
la nada,
un abismo insoslayable
entre caminos que no me conducen a ningún lado,
de repente algo distinto,
es la esperanza que entra sin pedir permiso,
y vuelvo al principio,
la soledad, otro café y un cigarrillo,
tic - tac -, tic - tac, el tiempo.
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