Hay penas que duelen, que se clavan
en el vientre, en la llaga del deseo
dulce trago amargo de conciencia.
Inútil resignarse
al dolor de no tenerle
olvidar que lo he olvidado
mientras vivo sin suspiro.
Qué dolor vaga solo por la vida
sin un cuerpo que lo clame
marcharse o quedarse
vivir sin lamentarse.
Llevando en el alma promesas
invisibles que viven sin mezclarse
haciendo telarañas en nidos
ahogados de gemidos entrañables.
Es mi pena no la suya la que vibra
con palabras, la que vive por su cuerpo,
por sus labios y su alma,
es mi dolor la droga enigmatica
que me arrulla por las noches
tranquilizando lo que es suyo y no
sabe por palabra.
Texto agregado el 29-03-2006, y leído por 104
visitantes. (1 voto)
Lectores Opinan
29-03-2006
Me gusto, me incluyo en lo de los dolores. Un saludo elcaifan
29-03-2006
si, es cierto, hay dolores invaluables. 5* sussekatze
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